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domingo, 11 de enero de 2009

Ov'è Angelotti?




Parafraseando al barón Scarpia, eso nos preguntábamos muchos ayer a eso de las 22:00, cuando (según se anunciaba en la página de RTVE), debía comenzar en la 2 la emisión de Tosca, de Giacomo Puccini. Pero Angelotti, el recién fugado del Castillo de Sant'Angelo, no se dignó aparecer hasta las 22:45, más o menos. Antes, los sufridos amantes de la ópera todavía tuvimos que aguantar unos 30 minutos de resumen del Rally París-Dakar, o como se llame ahora que no empieza en París ni termina en Dakar. Por fin y con tres cuartos de hora de retraso, a Angelotti lo dejaron meterse en Sant'Andrea della Valle, para desgracia suya y de todos los personajes de la ópera (salvo de Spoletta y Sciarrone, que se libran por el camino de un jefe bastante insoportable). A la 2 habrá que agradecerle que no la programara a las dos de la mañana (no sería la primera vez que hace algo así) y a la vez tirarle de las orejas por el plantón.
La idea de rodar Tosca en los escenarios naturales no es nueva. Hay al menos dos películas anteriores (una de ellas con el propio Domingo y Kabaivanska, otra de los cincuenta con Corelli y una señora doblada por Maria Caniglia) con un similar planteamiento, y una posterior (con Angela Gheorghiu y Roberto Alagna). No obstante, lo que sí supuso una novedad fue que todo se "retransmitiera en directo" allá por el año 92. Hay una (temible) Traviata con Cura y Eteri Gvazava también "en los lugares y en las horas". Después de la película, la 2 nos obsequió con un reportaje que nos contaba con pelos y señales cómo se montó el operativo. Pero ya no eran horas.
Es una lástima que tengamos a Malfitano de protagonista, sin duda la peor de los tres papeles principales. Cuánto ademán histérico. Y si fuera sólo eso... Yo no sé si le perjudica el directo de entonces, si es que lo era. Tengo un Roméo et Juliette con ella (que de todas maneras no ha tenido una presencia discográfica abundante) y no era tan... atroz. Así que para empezar, tenemos una Tosca sin Tosca. Mucho mejor (sobre todo en el aspecto dramático) Domingo, aunque sin llegar a los niveles de otras Toscas suyas. La filmada con Kabaivanska, sin ir más lejos. Raimondi... como actor, bien. Como cantante nunca me ha gustado. Aunque hay que reconocer que su actuación en la piel del sádico Scarpia creaba muchísima inquietud, desde el momento (que podríamos calificar como fetichista) en el que reconoce el abanico de la marquesa Attavanti por su escudo... y por el perfume de la dama. Ahí podemos montar otro culebrón. ¿Es que Scarpia, si atrapa a Angelotti, piensa ofrecer a la rubia y ojiazulada marquesa una oferta similar a la que le hace a Tosca a cambio de la vida del fugitivo? ¿O esa oferta ya ha sido hecha y rechazada? Vayan ustedes a saber.

Hablando del sadismo de Scarpia, creo que pocas veces como en este vídeo se pone tan de manifiesto. Resulta muy inquietante, sobre todo porque pocos barones han "acariciado" tanto a su víctima como Raimondi a la Malfitano. Todo ello produce una sensación bastante peculiar en el espectador. Desasosegante, muy desasosegante. Al final, cuando Tosca apuñala a su torturador y lleva a cabo el ritual de cerrarle los ojos y transportar los candelabros, el crucifijo, etc, transmite una sensación de cansancio inmenso. Siempre he mantenido que Scarpia destruye todo lo que Floria Tosca es en esa terrible noche del Palazzo Farnese. La criatura religiosa (hasta un extremo exagerado), profunda y sinceramente creyente que es la cantante (al contrario que Scarpia, cuya manifestación ostentosa de religiosidad no es sino una tapadera ante la sociedad) provoca con su delación un suicidio, comete un asesinato y acaba quitándose la vida.

Domingo siempre ha defendido que Cavaradossi no es un "señor Tosca"; es decir, él es el revolucionario, no el simple hombre-objeto de la mimada cantante. Puede ser (aunque yo, sin ser nadie para enmendarle la plana a Don Plácido no estoy de acuerdo: Tosca es el personaje que lleva el peso dramático de la ópera, y es única por su resolución entre todas las heroínas puccinianas- psicópatas como Turandot aparte-: no deja que las cosas ocurran, no es una damisela en apuros, toma su destino en sus manos, aunque ello la conduce a la muerte, pero eso es otra historia). Su Cavaradossi transmite admirablemente el sentimiento de fatalismo, de que la ejecución no es sino una burla cruel de Scarpia: un fusilamiento que parece real y que lo es. Hay que escuchar (y ver) la manera de decir "Cadrò sul momento, e al naturale", mientras Tosca (que recordemos, es la parte práctica de la pareja aunque en esta película no lo parezca) le da las instrucciones a seguir.



Todos sabemos el final. Revestida de su manto-de-diva-trágica, Tosca se encarama a la muralla y se arroja al vacío citando a Scarpia a un nuevo enfrentamiento más allá de la muerte. A pesar de la Malfitano, no me importó entretener con esta película la noche. ¿La 2 hará algo similar de vez en cuando? ¿Y con puntualidad? Como en el caso de la Attavanti y Scarpia, vayan ustedes a saber.
Queda, también, Roma en toda su belleza. Aquí no nos la ocultan en un tenebroso negro que engulle todo menos a los personajes como en el caso de la película con Gheorghiu y Alagna, ni tampoco nos muestran insertos del "cómo se hizo", aunque Mehta y la orquesta aparezcan fugazmente (así como planos aéreos del lugar en el que se desarrolla) al principio de cada uno de los actos.
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