martes, 15 de mayo de 2012

Oberturas y otros animales: Meyerbeer y Dinorah

De  Le pardon de Ploërmel, esto es, Dinorah, el fragmento más conocido es Ombre légère, sobre todo en su versión italiana. La han grabado, entre otras muchas sopranos, María Barrientos, Elvira de Hidalgo, Amelita Galli-Curci, Luisa TetrazziniMercedes Capsir, Lily PonsMaria CallasBeverly Sills, June AndersonNatalie Dessay, y unos cuantos cientos de cantantes más. El resto de la ópera ha tenido menos suerte, aunque Dors, petite, le siga en popularidad y también sea relativamente conocida el aria del barítono. De la ópera existe una grabación íntegra publicada por la impagable, en más de un sentido, Opera Rara. También existe una filmación, editada comercialmente. 
El libreto provocó, ya en su estreno - que tuvo lugar en 1859 en la Salle Favart de París -, cierto estupor y algún que otro comentario burlón por parte del público. El argumento era enrevesado y a la vez tópico. Dinorah, abandonada por su prometido, enloquece y vaga por las montañas, sola o en compañía de su mascota, la cabrita Bellah. En realidad, Hoël ha ido a buscar un tesoro para reconstruir la casa de su amada, destruida por un rayo el día de la boda frustrada. Para burlar la maldición que pesa sobre el mismo, Hoël debe pasar un año fuera de la aldea, con las consecuencias ya mencionadas para Dinorah, que, inmersa en su locura, lo busca por los bosques. Transcurrido el plazo, Hoël vuelve a la aldea. Cuenta la leyenda que el tesoro está maldito, y el primero que lo toque morirá. Por eso Hoël busca a un cómplice, el supersticioso Corentin, que debe morir para que él vuelva con Dinorah. Llegados al Valle Maldito, Hoël trata en vano de convencer a Corentin - que algo barrunta - de que baje a buscar el tesoro. Dinorah - que llega en medio de la noche, en pos de Bellah - hace aparición, cantando y danzando con su propia sombra. Después canta sobre la leyenda del tesoro, con lo que la trampa de Hoël - que en todo este tiempo no ha reconocido a su amada, pues de noche todos los gatos son pardos - queda al descubierto. Naturalmente rehúsa bajar a buscar el oro, llegando incluso a proponérselo a la recién llegada, que sigue cantando ajena a todo lo demás. Finalmente, un relámpago ilumina la escena y los tres pueden ver a Bellah correteando sobre un tronco que cruza un barranco. Dinorah corre en pos del animal y un segundo rayo acaba partiendo en dos el improvisado puente. Hoël, que al fin la reconoce, baja a rescatarla. En el último acto, Dinorah recupera, en brazos de Hoël, el conocimiento y la razón. La ópera termina como empezó: con una boda, esta vez - se supone - sin incidentes.
La prolongada obertura - unos doce minutos de música - reune varias ideas musicales, conectadas bien con los personajes - incluso Bellah hace su aparición, representada por una campanilla - bien con las situaciones en las que se ven envueltos, como la tormenta que destruye la casa de nuestra heroína y causa, a la vez, la marcha del novio. Meyerbeer incluyó en la obertura un coro procesional, que volverá a escucharse al final de la ópera: 

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