Dicen las malas lenguas y las leyendas urbanas que circulan en el mundo operístico (numerosas) que Plácido Domingo no nació en 1941, sino unos cuantos años antes; sea así o no (personalmente no doy crédito), lo que sí es cierto es que su cumpleaños se celebra hoy. Nunca he sido lo que se dice una fanática de Don Plácido, ni siquiera entra en mi lista de debilidades. Aunque eso sí, es una de las figuras de la lírica por la que siento más simpatía. Me iría de cañas con él, si se me entiende. Lo que no se puede negar es su importancia en el mundo de la ópera en los últimos 30 años. El último de los grandes nombres de la ópera de la segunda mitad del XX que no sólo sigue vivo y coleando, sino en activo, y muy activo. Así pues, para él, felicidades y, ante todo, muchos años permitiéndonos estar en su compañía. Más tarde celebraremos su cumpleaños como es debido: con ópera. De momento disfrutad de él y de Mirella Freni en el Otello escalígero dirigido por Carlos Kleiber en los años setenta.
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