Un día como hoy de 1893 se estrenaba la última ópera de Giuseppe Verdi, Falstaff. Desde que estrenara Il finto Stanislao, es decir, Un giorno di regno (1840), Verdi había evitado acercarse a la ópera cómica. Aquella había constituido un gran fracaso y lo sumiría en una depresión que agravada con las tragedias familiares (la pérdida de sus hijos y de su esposa) estuvo a punto de apartarle de la música para siempre. Luego llegó Nabucco... pero eso es otra historia. Falstaff sí fue, al contrario que el Giorno, un éxito. Verdi dejaría escrito que la compuso "para divertirse". "Estoy escribiendo para distraerme", diría. O preparándola para que otro la pusiese en música "para que tú, Arrigo, u otro componga un gran Falstaff". Verdi mantuvo su actividad en secreto. Sólo en 1891 la Ricordi se enteró de la creación de Falstaff. El juicio de Verdi sobre la última de sus óperas: ¡La ópera es totalmente graciosa! Amén. Es curioso que esta obra, a la que muchos consideran como la culminación del género cómico, la ópera con la que termina el siglo XIX, no sea muy apreciada precisamente por gran parte de los verdianos. Recordemos la efeméride con su famosa fuga final:
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