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A Karajan o se le ama o se le odia, y hay pocas figuras en la historia musical del siglo XX que reúnan tan apasionados partidarios como detractores. ¿Quedó algo que no grabara? La obsesión por las Sinfonías de Beethoven es llamativa, ya que hay hasta cinco integrales con distintos sellos. A Der Gott se le acusa principalmente de ser un dictador, de tener irrefrenables ansias de poder, de querer controlarlo absolutamente todo, todo y todo. "Seré un dictador" fue la frase que esgrimió cuando tomó las riendas del Festival de Salzburgo, que dirigiría desde 1960 hasta el año de su muerte, 1989, y que se convirtió en un permanente desfile de estrellas; allí acudirían personalidades como Giuseppe Taddei, Ettore Bastianini, Franco Corelli, Leontyne Price, Jon Vickers, Nicolai Ghiaurov, Mirella Freni, Plácido Domingo, Agnes Baltsa, José Carreras; también dejó espacio para colegas de profesión, tanto los que ya gozaban de prestigio (Karl Böhm, casi siempre consagrado a Mozart), como las estrellas emergentes (Riccardo Muti). También ejerció su poder absoluto en la Filarmónica de Berlín, de la que sería director "vitalicio", y con la que tendría numerosos desencuentros, el más famoso el relacionado con el ingreso de la primera mujer que entró en la orquesta, la clarinetista Sabine Meyer. La relación con la orquesta se enrareció, y durante sus últimos años, el director trabajó más con la Filarmónica de Viena. Aún se discute sobre la calidad de su legado. Por mi parte os dejo con la Eroica de Beethoven con la Filarmónica de Berlín (gracias a los vídeos de magic5227), dedicada por Beethoven (después de tachar su primitiva dedicatoria a Napoleón) a la memoria de un gran hombre. Creo que a pesar de los pesares, Herbert Von Karajan encaja en esa descripción.
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