La Bohème, estrenada en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896, se ha convertido en una de las óperas más representadas y amadas (a la par que odiadas por los detractores de Puccini, que le reprochan su carga de sentimentalismo) de todo el repertorio; tal vez incluso supere en popularidad a La Traviata. Basada en las Scenes de la vie de Bohème de Henri Murger, que contiene elementos autobiográficos de la etapa estudiantil de su autor. Dirigía en el estreno un joven Arturo Toscanini. La ópera fue un éxito inmediato entre el público, no así entre la crítica, que la consideró música fácil. También causaría la definitiva ruptura con otro compositor con el que hasta entonces las relaciones habían sido cordiales: Ruggero Leoncavallo, autor de otra Bohème hoy bastante olvidada. Una polémica que llegó a las páginas de la prensa y sobre la que el público acabó decidiendo de manera despiadada, como de costumbre, relegando la composición de Leoncavallo (como tantos compañeros de generación, sería recordado por una sola ópera, Pagliacci). También sería la primera de la gran "trilogía" pucciniana formada además por Tosca y Madama Butterfly, todas ellas con libreto de Illica y Giacosa. Si los dos libretistas ya habían colaborado con Puccini en Manon Lescaut, ahora todo el texto sería obra suya (recordemos que el libreto sobre la joven creada por Prévost había pasado por mil y una manos antes de llegar a las del eficaz dúo). Como siempre, Illica se encargó de la estructura del drama, mientras que Giacosa procuró los versos. Este mes estará dedicado a La Bohème; a Mimì, a Rodolfo, a Musetta y a Marcello, y a todas sus peripecias luchando contra la miseria, el hambre y el frío del París de Luis Felipe.
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