Con poco tiempo hoy para escribir, me gustaría sin embargo recordar a la vez el nacimiento, tal día como hoy, de Mario del Monaco, y a la vez al tenor, que fue uno de mis primeros "conocidos" (figuradamente hablando, por supuesto), en esto de la ópera, ya que el núcleo primigenio de mi colección se compone de grabaciones piratas (esto es, editadas por sellos como Opera d'Oro a los que nunca agradeceré lo suficiente el que, cuando era alguien con muy pocos posibles, pudiera disfrutar de grabaciones históricas a un precio no excesivo). Todos los "peros" técnicos del mundo se pueden achacar a Del Monaco. De acuerdo. Lo admito. Pero las cuestiones sentimentales son cuestiones sentimentales, al fin y al cabo. Y esto de los "mitos irrenunciables" trata mucho de fascinación irreflexiva. No me voy a extender en cuestiones de las que nada sé, ni en la biografía del tenor. Simplemente organicemos un pequeño "concierto" para celebrar el aniversario de su nacimiento. Pues, aunque resida en el otro barrio, los inmortales como él siguen cumpliendo años. Siempre.
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