viernes, 18 de julio de 2008

Puccini: Edgar. El argumento

Hay que tener en cuenta que Edgar sufrió varias revisiones, que comprendieron la supresión de un acto y modificando algunos episodios de la trama. El argumento definitivo es el que sigue:
ACTO I: Una villa de Flandes, al alba. Edgar, que siente afecto por la joven Fidelia, no puede sin embargo evitar su fascinación con la zíngara Tigrana, que desdeña a los habitantes de la aldea y que no vacila en entonar canciones sacrílegas durante la misa, lo que le acarrea el odio general. Preso de un extraño trance, Edgar le prende fuego a su casa y desaparece del pueblo con Tigrana, a la que había defendido de los ataques de sus habitantes.
ACTO II: Edgar y Tigrana viven lujosamente y rodeados de invitados, entregados al placer. Sin embargo el joven comienza a recordar su aldea natal y a la dulce y afectuosa Fidelia. Al oír las fanfarrias militares que acompañan a los que se unen al ejército para ir a la guerra, Edgar piensa en rehabilitarse buscando una muerte gloriosa en el campo de batalla. Tigrana trata en vano de retenerlo. Edgar consigue su objetivo, y parte al frente acompañado de Frank, el hermano de Fidelia y, como él, antiguo amante de Tigrana. La gitana jura que, si Edgar no es suyo, sólo le pertenecerá a la muerte.
ACTO III: El ejército flamenco ha vencido, pero Edgar se cuenta entre las víctimas. Su ataud es transportado hasta su aldea natal, en medio de las alabanzas de todos los habitantes, menos de un monje misterioso que acompaña al cortejo y que se empeña en resaltar las faltas de Edgar para instigar a los habitantes de su pueblo contra él... Su discurso parece dar resultado y los asistentes a la ceremonia parecen dispuestos a arrojar el cadáver a los cuervos. Fidelia defiende apasionadamente a su amado y evita que el cadáver sea profanado momentáneamente. Cuando Gualtiero, el padre de Fidelia, se lleva a su hija de allí, aparece Tigrana, que trata de abrirse paso hasta el ataúd de Edgar. El monje, que no es otro que Edgar disfrazado, es escéptico en cuanto al dolor que manifiesta su ex- amante. Frank (que está al corriente del plan de Edgar) y el "monje" compran a Tigrana con joyas para que hable mal del muerto... Las palabras de Tigrana apoyando el testimonio de ambos hacen que la multitud se precipite hacia el ataúd de Edgar y lo abra; pero sólo encuentran una armadura vacía. Edgar se da a conocer entonces y se aleja de allí abrazado a Fidelia, pero Tigrana logra escabullirse y apuñala a la muchacha, que cae muerta. Edgar, desesperado, cae de rodillas junto a su cadáver mientras los soldados se llevan a Tigrana.
Escuchemos a Raina Kabaivanska en Addio, mio dolce amor, aria de Fidelia del Acto III:

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