Ya se ha dicho que Le Villi fue la ópera con la que Puccini participó en el concurso convocado por Sonzogno para óperas en un acto. Quien le apoyó primeramente en el proyecto, el que le animó a presentarse, fue Amilcare Ponchielli. Había sido convocado el 1 de abril de 1883 por la revista Il teatro ilustrato. También fue Ponchielli quien puso a Puccini en contacto con el libretista, Ferdinando Fontana. Al parecer no era Puccini el primero en ser "destinatario" del libreto de Le Villi. El compositor destinado a ponerlo en música parecía ser Francesco Quaranta (1848-1898), acuerdo del que el libretista se liberó para trabajar con Puccini. La ópera fue entregada en el límite de plazo (el 31 de diciembre de 1883), y en el manuscrito podía leerse el nombre de Le willis, no Le Villi, que sería su título definitivo. Como ya se ha dicho, la obra fue ignorada por el jurado, compuesto por Amilcare Ponchielli, Franco Faccio, Cesare Dominiceti y Pietro Platania. Se concedió un premio ex aequo a Guglielmo Zuelli y Luigi Mapelli (por La fata del nord y Anna e Gualberto, respectivamente). Las razones del fracaso de Puccini son discutidas y han dado lugar a diversas teorías. Una, que al ser entregada el último día de plazo, la ópera no mereció la consideración de los jueces. Otra, que la grafía de Puccini era tan enrevesada que a duras penas pudo ser descifrada. Tercera, y un poco más retorcida (pero con ciertos visos de verosimilitud), que el fracaso de Le Villi en el concurso Sonzogno fue una maniobra de Faccio y Ponchielli, ligados a Ricordi, para que el joven y talentoso autor no pasase a ser de la "casa rival".
Fuese así o no, el caso es que el "fiasco" del concurso Sonzogno no desanimó a Fontana y Puccini. Parece que fue el libretista el mayor responsable de poner en pie la representación del estreno en el Teatro dal Verme de Milán. Era el 31 de mayo de 1884 y la ópera fue un éxito tando de crítica como de público. Asistieron, entre otros, Arrigo Boito y Alfredo Catalani, y entre los miembros de la orquesta se encontraba un jovencito llamado Pietro Mascagni. Los críticos escribían: "Le Willis (sic) entusiasmaron. Aplausos de todo el público, de principio a fin. Se ha querido escuchar tres veces el fragmento sinfónico que cierra la primera parte y se ha pedido tres veces el bis del dúo entre el tenor y la soprano y de la leyenda, aunque no se ha obtenido". O bien "una pequeña obra maestra, de principio a fin". O "parece que tengamos delante, no a un joven alumno, sino a un Bizet, un Massenet" Hasta las revistas pertenecientes a la casa Sonzogno hablaron positivamente de Puccini. Más tarde, Ricordi anunciaría a bombo y platillo la compra de Le Villi el 8 de junio de 1884 (aunque el acuerdo debía de estar sellado antes del estreno, ya que el sello de Ricordi apareció en el libreto del estreno), aludiendo a ella como "otra de las óperas presentadas al concurso de Teatro ilustrado que no merecieron ni un premio ni una mención". Poniendo en evidencia así a la editorial "rival", que había dejado escapar a un "fichaje estrella" en el joven Puccini.
Fuese así o no, el caso es que el "fiasco" del concurso Sonzogno no desanimó a Fontana y Puccini. Parece que fue el libretista el mayor responsable de poner en pie la representación del estreno en el Teatro dal Verme de Milán. Era el 31 de mayo de 1884 y la ópera fue un éxito tando de crítica como de público. Asistieron, entre otros, Arrigo Boito y Alfredo Catalani, y entre los miembros de la orquesta se encontraba un jovencito llamado Pietro Mascagni. Los críticos escribían: "Le Willis (sic) entusiasmaron. Aplausos de todo el público, de principio a fin. Se ha querido escuchar tres veces el fragmento sinfónico que cierra la primera parte y se ha pedido tres veces el bis del dúo entre el tenor y la soprano y de la leyenda, aunque no se ha obtenido". O bien "una pequeña obra maestra, de principio a fin". O "parece que tengamos delante, no a un joven alumno, sino a un Bizet, un Massenet" Hasta las revistas pertenecientes a la casa Sonzogno hablaron positivamente de Puccini. Más tarde, Ricordi anunciaría a bombo y platillo la compra de Le Villi el 8 de junio de 1884 (aunque el acuerdo debía de estar sellado antes del estreno, ya que el sello de Ricordi apareció en el libreto del estreno), aludiendo a ella como "otra de las óperas presentadas al concurso de Teatro ilustrado que no merecieron ni un premio ni una mención". Poniendo en evidencia así a la editorial "rival", que había dejado escapar a un "fichaje estrella" en el joven Puccini.
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