martes, 25 de noviembre de 2008

Flotow y Martha


Un día como hoy de 1847 se estrenaba en Viena Martha oder Der Markt zu Richmond (Martha, o el mercado de Richmond), de Friedrich von Flotow. El buen hombre compuso veintinueve óperas, pero hoy en día se le recuerda solamente por esta, que, por cierto, ha ido "cayéndose" del repertorio paulatinamente, de modo que apenas se representa. Quedan los recitales tenoriles y M'apparì, traducción italiana del aria más famosa de la ópera, Ach so fromm. Flotow había nacido en Teutendorf en 1812, si bien realizó sus estudios en el Conservatorio de París. De ahí que se perciba en su obra cierta influencia de la ópera francesa, amén de otras como la de Donizetti o Rossini.
El argumento de Martha se basaba en un ballet de Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges, y contaba la historia de Lady Harriet, una aristócrata inglesa que, aburrida de su refinada vida y del cortejo de su primo Sir Tristan, se disfraza de campesina y, junto con una amiga, va a la feria de Richmond donde las muchachas que buscan colocarse de criadas se "ofrecen" en una especie de subasta que las obliga a trabajar un año para aquel que la adquiere. Nuestra dama adopta el nombre de "Martha" y es contratada por un granjero próspero pero de orígenes confusos que se enamora de ella, a pesar de la -lógica- incapacidad de "Martha" para cumplir la más sencilla labor del hogar. Tras perder a su "empleada" esa misma noche (ya que Sir Tristan acude al rescate de Lady Harriet y su compañera), Lionel, que así se llama nuestro granjero, vuelve a encontrarla no mucho después. Pero, esta vez y para su desconcierto, en el séquito de la reina. No obstante, todo termina bien: Lionel resulta ser el hijo perdido de un noble, y él y Lady Harriet alias Martha acaban casándose con el beneplácito de la soberana.
Martha era una ópera popular a finales del siglo XIX. Después, no lo fue. Como curiosidad, está presente en muchas películas del viejo Hollywood cada vez que se representa una ópera, por la sencilla razón de que, al ser de dominio público, las productoras no tenían que pagar derechos. Por ejemplo, aparece en El fantasma de la ópera (1943), en la que es la única ópera "real" -el resto son "apaños" de obras de Chopin y Tchaikovsky- y fugazmente en Mujercitas (1949) en su conocida versión italiana. Otro momento de la ópera que se haría famoso es Die Letze rose, aria que canta "Martha" en el Acto II y que es un arreglo de Flotow de una canción tradicional irlandesa, The Last Rose of Summer, de Thomas Moore, cuya letra original es esta:

'Tis the last rose of summer

Left blooming alone;
All her lovely companions
Are faded and gone;
No flower of her kindred,
No rosebud is nigh,
To reflect back her blushes,
To give sigh for sigh.

I'll not leave thee, thou lone one!
To pine on the stem;
Since the lovely are sleeping,
Go, sleep thou with them.
Thus kindly I scatter,
Thy leaves o'er the bed,
Where thy mates of the garden
Lie scentless and dead.

So soon may I follow,
When friendships decay,
From Love's shining circle
The gems drop away.
When true hearts lie withered
And fond ones are flown,
Oh! who would inhabit,
This bleak world alone?



Y que podemos escuchar en este vídeo de lochness11 en la voz de Victoria de los Ángeles (en inglés, eso sí).




1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias estimada pazza por la magnífica descripción.

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