Después de la serie de entradas dedicadas a La Traviata, durante este próximo bimestre hablaré de otra de mis "favoritas", Norma, de Vincenzo Bellini. Ya se ha hablado por aquí de Norma brevemente, e incluso se ha ofrecido LA Norma que podéis recuperar ahora. Naturalmente cuando digo LA Norma quiero decir LA Norma... aunque para muchos, quizá, su Norma no sea esta. Estrenada un 26 de diciembre de 1831 con un fracaso bastante sonado, Norma jamás se ha caído de la programación de los teatros de todo el mundo, a pesar de que las intérpretes que hayan hecho justicia al tremendo papel de esta Medea frustrada no sean numerosas. Aunque el papel titular sea uno de los más exigentes del repertorio, muchas han sido las que lo han afrontado desde que Giuditta Pasta tomase por vez primera el manto druídico. Intérpretes que hoy nos sonarán ajenas al mundo belliniano, como Cigna o Milanov, fueron las Normas de las primeras décadas del siglo XX. Luego llegó Callas, y, como en tantas otras ocasiones, revolucionó la manera de entender el papel. Ella sería una de las tres grandes sopranos que han marcado Norma en este siglo. Las otras, naturalmente, son Caballé y Sutherland, que aportaron otras maneras de ver a la sacerdotisa de Irminsul. Y ello sin perder de vista a otras grandes intérpretes como Gencer o la prodigiosa y fugaz Anita Cerquetti. Así que bienvenidos a las Galias, durante este par de meses.
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