martes, 29 de junio de 2010

Comparaciones: Il lacerato spirito. La solución.

Como de costumbre, lo primero agradecer a los votantes que han querido participar en la encuesta de este mes, dedicada al aria de Fiesco, y que han elegido como ganador al tercero de los cantantes propuestos. Sin más entretenimientos, ahora veamos quiénes se escondían tras esas voces.
El Fiesco Número 4 ha sido el menos votado, solamente tres de los participantes se decantaron por él. Se trataba de Alexander Kipnis (1891-1978), nacionalizado estadounidense aunque vino al mundo en la actual Ucrania - la región en la que se encuentra su lugar de nacimiento, Volinia, ha pasado históricamente de Polonia a Rusia, Austria o Alemania. Su biografía refleja la atormentada historia de la Europa de su época. Su carrera se vio primero estorbada por la Primera Guerra Mundial, durante la que estuvo internado en un campo de prisioneros, aunque el azar quiso que lo escuchase un capitán aficionado a la ópera... Además, para redondear la historia, el hermano del oficial era el administrador de un teatro, el de Wiesbaden. Así que Kipnis fue liberado y cantó en Hamburgo, Wiesbaden, y, terminada la guerra, pasando a Berlín. De la Staatsoper de la capital alemana huyó con el ascenso de los nazis. Su primera parada fue Viena, de donde también acabaría desapareciendo por idéntico motivo. Se establecería en Estados Unidos, haciendo su debut en el Met en 1940 como Gurnemanz en un Parsifal dirigido por Leinsdorf. Como Parsifal, Kundry y Amfortas cantaron Melchior, Flagstad y Friedrich Schorr, respectivamente (!). Gracias a los estupendos archivos del teatro podemos leer lo que opinó el crítico del Times:
Mr. Kipnis immediately won the favor of his audience. He invested the role with the utmost significance. The richness of the voice made one of several fine attributes of the singer and the dramatic interpreter. The text was admirably delivered; the treatment of the melodic line was that of a true musician. The character developed with a noble consistency. The tenderness and wisdom exemplified by the later scenes were the continuation of one of the most authoritative and sympathetic representations of the character that the Metropolitan stage has seen in recent years.

 En el segundo puesto tenemos empate a seis votos entre Fiesco 1 y Fiesco 2. Empecemos por el primero de ellos. Se trataba de Cesare Siepi, nacido en Milán el 10 de febrero de 1923. Debutó muy joven como Sparafucile y ya en 1945 cantó Nabucco en La Fenice - obviamente, en el papel de Zaccaria-. No mucho más tarde, Toscanini lo llamaba para que cantase como Mefistofele en la Scala, y Furtwängler para Salzburgo, en el papel que se convertirá en su mayor caballo de batalla: Don Giovanni. Repasando la discografía de Siepi nos encontramos con un legado muy extenso que abarca desde finales de los cuarenta  del pasado siglo hasta los ochenta. Consultándola vemos que Siepi trabajó bajo las batutas de Toscanini, Fürtwangler, Mitropoulos, Krips, Monteux, Erich Kleiber, Herbert Von Karajan, Georg Solti, Richard Bonynge, Karl Böhm o Riccardo Muti, y que con él compartieron la escena o los estudios de grabación Björling, Simionato, Di Stefano, Tebaldi, De los Ángeles, Valdengo, Elisabeth Grümmer, Elisabeth Schwarzkopf, Lisa Della Casa, Cerquetti, Bergonzi, Bastianini, Joan Sutherland, Cornell MacNeil, Franco Corelli, Leontyne Price... agotadora lista. 
Otros seis votos para el  Fiesco número 2: el no menos legendario Boris Christoff (1914-1993), bajo búlgaro nacido en Plovdiv -espero haberlo escrito bien- y que, en su juventud, estudió leyes al mismo tiempo que cantaba como aficionado en coros, algo que hacía desde la infancia. Una beca le permitió viajar a Italia en 1942. Allí estudiaría con el barítono Riccardo Stracciari. Cantó algunos recitales en Austria y luego volvió a la península, haciendo su debut en 1946 como Colline en La Bohème. Su carrera le lleva a la Scala, a la Fenice, a la Ópera de Roma o al Covent Garden. No pudo debutar en el Metropolitan de Nueva York debido a las restricciones que el gobierno estadounidense imponía a los ciudadanos de los países soviéticos. Una vez estas se relajaron, Christoff rechazó las invitaciones que le hicieron desde el coliseo neoyorkino, cantando en otros teatros de los Estados Unidos como la Ópera de San Francisco. 
Y la primera plaza es para Ezio Pinza, nuestro bajo número 3, que se ha llevado ocho votos. Nacido en Roma, estudió en Bolonia e hizo su debut como Oroveso en Cremona. Corría el año 1914, y , con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Ezio cumplió su servicio militar, volviendo a la ópera en 1919. Esta vez fue en Roma, tardando poco tiempo en ser invitado a la Scala. En 1926 debutó en el Metropolitan de Nueva York junto a Rosa Ponselle en La Vestale de Spontini - vaya tiempos aquellos en los que en los repartos de la obra en cuestión se turnaban Mardones y Pinza, ¡guaaaaaau! -. El Met será su hogar durante veintidós temporadas, y Pinza, establecido en América, se convertirá en un personaje popular. Tanto que su aparición en el cine o la televisión era frecuente. Llegó a contar con su propia telecomedia. Aquí podemos verlo en compañía de Lana Turner y cantando en español, para rizar el rizo. Obsérvese el nulo parecido de la letra de Solamente una vez con esa traducción inglesa que se sacan de la manga:
 
vídeo de stephenjoeagi

Como Divshare se comporta de una manera un tanto errática, la intención es volver a poner la lista de reproducción con los candidatos ordenados del menos al más votado, pero seguramente el servicio de alojamiento hará lo que le venga en gana así que pido perdón por el posible desorden:

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