Inmensa Bartoli, ¿es una vida de lujo y lujo la de una mezzosoprano? ¿cuáles son los lujos a los que usted no quiere renunciar?Es una vida de lujo, pero es una vida de gitano, con todo lo que eso conlleva. Y con este proyecto Malibrán aún más porque siempre estamos dando vueltas por un camión. A lo que no puedo renunciar es al capuccino, de hecho tengo una máquina para hacérmelo en el camión.
Hola Cecilia. ¿Cuándo comenzó tu fascinación por María Malibrán?
Se inició cuando un productor de la casa discográfica me dio un retrato de María Malibrán, en ocasión de mi debut con El barbieri di Sevilla. Empezó mi amor por la Malibrán y por la familia García, una familia española de músicos de gran talento.
Cecilia ¿donde te puedo enviar un jamón? He leído que es uno de tus grandes placeres y aquí en Huelva le aseguro que tenemos unos de excepcional sabor.
La primera cosa que he hecho cuando llegué ha sido pedir jamón, un pata negra bien curado, con pan y tomate. Eso me lo puedo comer en cualquier momento del día o de la noche. Si lo quiere enviar ahora, estaré en el Teatro Real de Madrid hasta el 2 de noviembre, luego me voy a Barcelona y más tarde volveré a España.
En lo del jamón (pregunta francamente exótica) le doy toda la razón, aunque me tenga que conformar con la versión plebeya, y desde luego la chica no es tonta (si hasta acepta el envío, la condená). Ceci, acaso por asociación de ideas, nos ha dejado para irse a comer y no ha desvelado el verdadero motivo por el que canta Casta Diva encerrada en un confesionario. Otra vez será, supongo.
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