Lo que he podido leer sobre el recital de Nina Stemme ayer en el Teatro Real (y me refiero a las crónicas que han hecho los asistentes, no a críticas oficiales) habla de decepción, en parte debida a la escasa ayuda que la Orquesta Sinfónica de Madrid prestó a la soprano, que sólo se sintió cómoda en los bises. La verdad es que yo, desde la radio, disfruté mucho del concierto y no comparto la impresión, aunque naturalmente a través de las ondas es imposible hacerse una idea exacta de lo que ocurre en el teatro. Ni siquiera me sentí decepcionada en las partes orquestales, demasiado extensas (algo muy de moda en los recitales últimamente, lo de atiborrarnos con la orquesta, y si no es buena pues...), pero es que de la Sinfónica de Madrid no me esperaba nada, así que en modo alguno me puede desilusionar. En fin, aquí tenéis el recital con sus dos propinas, para que juzguéis vosotros:
PARTE I
Richard Strauss:
Suite de Der Rosenkavalier, op. 59
Cuatro últimos lieder. op. 150
Frühling
September
Beim Schafengehen
Im Abendrot
PARTE II
Richard Wagner:
Parsifal: Preludio y encantamiento del Viernes Santo
Götterdämmerung: "Starke Scheite schichet mir dort"
Bises:
Träume, de los Wesendonck Lieder de Richard Wagner
Cäcilie, de Richard Strauss
ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL
(Orquesta Sinfónica de Madrid)
Parte I Parte II
Richard Strauss:
Suite de Der Rosenkavalier, op. 59
Cuatro últimos lieder. op. 150
Frühling
September
Beim Schafengehen
Im Abendrot
PARTE II
Richard Wagner:
Parsifal: Preludio y encantamiento del Viernes Santo
Götterdämmerung: "Starke Scheite schichet mir dort"
Bises:
Träume, de los Wesendonck Lieder de Richard Wagner
Cäcilie, de Richard Strauss
ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL
(Orquesta Sinfónica de Madrid)
Parte I Parte II
2 comentarios:
A mi también me gustó, aunque francamente, encontré la parte vocal muy, pero que muy escasa y la orquestal floja, pero a un concierto con cantante, uno va a escuchar al cantante, a no ser que la orquesta sea una de champions, que no es el caso.
Nos saturan, sí. Y lo malo es que parece tendencia generalizada. Cuatro arias y diez oberturas por recital.
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