Según su propia declaración, Plácido Domingo siempre acarició el sueño de convertirse en Simon Boccanegra al final de su carrera. El año pasado cumplió su deseo en Berlín, y ahora su visión del Dogo de Venecia va a recorrer los teatros de medio mundo, entre ellos la Scala, Viena o el madrileño Teatro Real. También según las declaraciones del tenor, Simon ha llegado a su vida antes de lo que esperaba, porque este no es "su último papel". Entre esos teatros está el Metropolitan de Nueva York, y el sábado pudo escucharse a través de las ondas la función de la matinée.
Meses atrás, en una entrevista con el diario francés Le Monde, Domingo dejaba claro que, a pesar de cantar el papel titular de Simon Boccanegra, no se consideraba otra cosa que un tenor. No es la primera vez que hace un escarceo en el territorio de los barítonos. Recordemos el famoso -no necesariamente por buenas razones- Barbiere con la Battle y Lopardo, bajo la batuta de Claudio Abbado; recordemos también la historia de que el todopoderoso Karajan quiso hacerle cantar Don Giovanni (y tal vez habría resultado algo similar a esto). También hay que decirlo: cosas más raras se han visto y a pesar de todo han funcionado; algunas veces incluso bastante bien. Recordemos los famosos Capuleti, también dirigidos por Abbado en los que Romeo era cantado por Aragall. Salvando las distancias -porque aquellas fueron funciones extraordinarias, a pesar de lo herético que es cambiar a una mezzo por un tenor -, este es un caso similar.
Supongo que triunfar en uno de estos experimentos depende de un carisma excepcional para evitar que se venga abajo. Y Domingo lo tiene, no creo que hasta sus mayores detractores le nieguen eso. Es casi un fenómeno paranormal que, con todo su bagaje, tenga mayor salud vocal que cantantes a los que dobla en edad. Ahora bien, ¿convence? Pues lo que es a mí, no del todo. Es una opinión personal, pero a pesar de la implicación dramática, de ese carisma antes mencionado ante el cual no hay, por lo general, otro remedio que rendir el estandarte, hay algo que falla. Tal vez era, sobre todo, la convicción de que estaba asistiendo a una extravagancia más o menos efectiva, que no podría darse con ningún otro cantante de la misma cuerda que Domingo. No obstante, sonó de manera distinta a la otra grabación que he escuchado, la del estreno, donde su timbre inconfundible hacía que tuviera la extraña sensación de estar escuchando a Gabriele Adorno por partida doble. Por cierto, parece estar considerando algún otro papel de barítono, ya que ha hablado de "dos o tres" personajes verdianos que podría interpretar, aparte de Athanael en la Thaïs de Massenet. Así que probablemente lo veremos dentro de poco. Tengo cierta curiosidad por comprobar qué pasa en la Scala, otro teatro que lo venera -quedó claro en el reciente homenaje que le rindieron- pero que acaso se muestre menos complaciente que el Met. Quien quiera comprobar cómo fue la cosa, puede probar en estas dos muestras:
Supongo que triunfar en uno de estos experimentos depende de un carisma excepcional para evitar que se venga abajo. Y Domingo lo tiene, no creo que hasta sus mayores detractores le nieguen eso. Es casi un fenómeno paranormal que, con todo su bagaje, tenga mayor salud vocal que cantantes a los que dobla en edad. Ahora bien, ¿convence? Pues lo que es a mí, no del todo. Es una opinión personal, pero a pesar de la implicación dramática, de ese carisma antes mencionado ante el cual no hay, por lo general, otro remedio que rendir el estandarte, hay algo que falla. Tal vez era, sobre todo, la convicción de que estaba asistiendo a una extravagancia más o menos efectiva, que no podría darse con ningún otro cantante de la misma cuerda que Domingo. No obstante, sonó de manera distinta a la otra grabación que he escuchado, la del estreno, donde su timbre inconfundible hacía que tuviera la extraña sensación de estar escuchando a Gabriele Adorno por partida doble. Por cierto, parece estar considerando algún otro papel de barítono, ya que ha hablado de "dos o tres" personajes verdianos que podría interpretar, aparte de Athanael en la Thaïs de Massenet. Así que probablemente lo veremos dentro de poco. Tengo cierta curiosidad por comprobar qué pasa en la Scala, otro teatro que lo venera -quedó claro en el reciente homenaje que le rindieron- pero que acaso se muestre menos complaciente que el Met. Quien quiera comprobar cómo fue la cosa, puede probar en estas dos muestras:
O también, escucharlo todo. He buscado el reparto en el archivo del Met (ojalá todos los teatros ofrecieran el mismo servicio), para enterarme realmente de quién estaba y quién no. Ni el tenor era Giordano (se trataba de Giordani) ni cantaba Nicola Alaimo, como podía leerse en las programaciones de las radios que ofrecieron la transmisión.
SIMON BOCCANEGRA
Giuseppe Verdi--Francesco Maria Piave/Arrigo Boito
Simon Boccanegra........Plácido Domingo
Amelia..................Adrianne Pieczonka
Gabriele Adorno.........Marcello Giordani
Jacopo Fiesco...........James Morris
Paolo Albiani...........Stephen Gaertner
Pietro..................Richard Bernstein
Maid....................Joyce El-Khoury
Captain.................Adam Laurence Herskowitz
Conductor...............James Levine
Giuseppe Verdi--Francesco Maria Piave/Arrigo Boito
Simon Boccanegra........Plácido Domingo
Amelia..................Adrianne Pieczonka
Gabriele Adorno.........Marcello Giordani
Jacopo Fiesco...........James Morris
Paolo Albiani...........Stephen Gaertner
Pietro..................Richard Bernstein
Maid....................Joyce El-Khoury
Captain.................Adam Laurence Herskowitz
Conductor...............James Levine
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