Empecemos porque esta es La Traviata "que nunca debió de estar allí". En efecto, las representaciones de la obra de Verdi en el Met fueron una solución de emergencia a la cancelación -falta de presupuesto, y es que los tiempos no son fáciles ni siquiera para el teatro neoyorkino - de The Ghosts of Versailles, de John Corigliano. Ante la caída de cartel del título, se montó en su lugar La Traviata en la abigarrada puesta en escena de Zeffirelli, "reciclando" a cantantes y director. A pesar de que Leonard Slatkin, como confesaba abiertamente en su página oficial, no había dirigido jamás la ópera en cuestión. Durante los ensayos se filtraron -vía La Cieca- al exterior rumores de que no conocía bien la partitura y que dos de los cantantes principales, Gheorghiu y Hampson, lo habían protestado. Por su parte, Slatkin se quejaba de los pocos ensayos y de que Gheorghiu no estuviera presente en todos, o de que los miembros de la orquesta no fueran siempre los mismos. Los problemas salieron a la luz durante la primera función de la serie, de la que existe grabación. Los críticos arremetieron contra Slatkin -llegando a hacer comparaciones muy injustas entre su dirección y la de Muti en Attila-, que canceló el resto de funciones. La parte de culpa por haber aceptado dirigir una ópera que no conocía bien - acaso pensando que Verdi es lo más fácil del mundo- no se le puede negar, aunque se haya olvidado el escaso respeto que los cantantes mostraron por él, imponiendo su propio tempo. Del resto de funciones se encargaron el omnipresente Marco Armiliato, Stephen White e Yves Abel, que dirigió la función del sábado. Esta transcurrió sin los problemas en ese terreno, lo que no quiere decir que fuera redonda. En realidad, descansó únicamente sobre los hombros de Angela Gheorghiu.
La soprano rumana ha sido, en las dos últimas décadas, una de las intérpretes de referencia de Violetta, desde que con ella saltara a la fama, de la mano de Solti. O tal vez, la intérprete de referencia... con permiso de las puntuales incursiones de Devia y Gruberova. Bien es verdad que la competencia ha sido escasa, por no decir nula. Así que ha convertido el papel en uno de sus caballos de batalla, a pesar de que en un principio se diría que no es la intérprete más idónea. Dentro de las bastante numerosas grabaciones que podemos encontrarnos de su Violetta, pondría como la referencia precisamente la de Solti, y como registro a evitar por todos los medios -sobre todo en vídeo- el de la Scala en 2007. La que le escuché anoche es en mi opinión de las mejores que ha cantado en los últimos años. Viene con todo lo que no me gusta de su Violetta incluído, y que ha ido emergiendo en sucesivas encarnaciones del personaje. Por ejemplo, cierto toque de histeria -aunque no tanta como en la Scala- en el Acto I -en el que además noté una respiración un poco extraña en Ah, fors'è lui, pero puede que fuera la cercanía de los micrófonos de la radio- y una lectura de la carta demasiado verista en el Acto III. A cambio, el Acto II es lo mejor de ella, aunque desgraciadamente en esta ocasión tuviera al lado a Thomas Hampson, que dinamitó el dúo. En resumen, que quien le dio dignidad a la función fue ella, y nadie más.
A su lado James Valenti, flamante premio Richard Tucker, afrontó su papel con una curiosa falta de implicación en todo cuanto cantaba. Alfredo supone su debut en el Metropolitan. No sé si eran los nervios o qué, pero su Alfredo es uno de los más aburridos e inseguros que he escuchado. Habrá que darle más oportunidades, por supuesto. No había nada en él del entusiasmo juvenil del personaje, lo que se puso de manifiesto en su escena del Acto II. Aunque se trataba de una Traviata con cortes habituales en la tradición, por supuesto se cantó la cabaletta O mio rimorso, un resumen de las inseguridades de Valenti a lo largo de la función. Para colmo, adoptó la decisión de cantar el horrible Do tradicional. Horrible no porque lo cantase él ni porque no esté escrito; horrible por sí mismo, por estar metido ahí a la fuerza y por no tener nada que ver ni con la situación ni con el personaje, que es todo menos heroico. Pocos tenores - Kraus es uno de los elegidos, e incluso el elegido- son capaces de hacer bueno ese añadido espantoso. Fue el momento más flojo de Valenti. El resto ya lo he definido. La voz es bonita, pero un poco más de implicación -no de gritos, que no es lo mismo - y de seguridad no vendrían mal. Veremos.
Thomas Hampson cerraba el trío protagonista. Su Germont ya es sobradamente conocido, fundamentalmente por el DVD salzburgués con Netrebko y Villazón - producción que, por cierto, podrá verse en el Met el próximo año con Poplavskaya como protagonista; me imagino la reacción del público -; nunca me ha gustado con locura Hampson, aunque en algunos papeles funciona la mar de bien. Pero no es así en nada que le haya escuchado en Verdi: su Germont confunde la autoridad con los gritos -es de esos que parecen extorsionar a la infeliz cortesana- y además es mortalmente aburrido. Especialmente tedioso en Un dì, quando le veneri. Lo único positivo de los cortes que se le inflingieron a la partitura es que nos libraron, al menos, de escuchar su cabaletta. Es curioso que, después de unos años en los que se cantaba todo, todo y todo, ahora resurjan en algunos teatros las versiones "podadas". Es el caso de esta Traviata -y de la de San Francisco protagonizada por Netrebko que se pudo escuchar el año pasado- y también de la Carmen con Garanca y Alagna, que volvía a poner sobre el escenario los recitativos tradicionales. Gheorghiu, que cantó La Traviata completísima con Solti, ha afrontado después versiones cortadas. La ópera funciona igualmente con o sin cortes, aunque la prefiera sin ellos. En cuanto a Yves Abel, volviendo al comienzo de la entrada, se las apañó bastante bien; no se produjo ninguno de los múltiples desajustes que aquejaron la representación con Slatkin. La orquesta y el coro sonaron estupendamente, como suelen, aunque quizá Abel se pasó de decibelios en la fiesta de Flora. Pero, como de costumbre, la escucha está terriblemente limitada por la radio y es imposible saber, por ésta, cómo se escuchó en la sala.
Thomas Hampson cerraba el trío protagonista. Su Germont ya es sobradamente conocido, fundamentalmente por el DVD salzburgués con Netrebko y Villazón - producción que, por cierto, podrá verse en el Met el próximo año con Poplavskaya como protagonista; me imagino la reacción del público -; nunca me ha gustado con locura Hampson, aunque en algunos papeles funciona la mar de bien. Pero no es así en nada que le haya escuchado en Verdi: su Germont confunde la autoridad con los gritos -es de esos que parecen extorsionar a la infeliz cortesana- y además es mortalmente aburrido. Especialmente tedioso en Un dì, quando le veneri. Lo único positivo de los cortes que se le inflingieron a la partitura es que nos libraron, al menos, de escuchar su cabaletta. Es curioso que, después de unos años en los que se cantaba todo, todo y todo, ahora resurjan en algunos teatros las versiones "podadas". Es el caso de esta Traviata -y de la de San Francisco protagonizada por Netrebko que se pudo escuchar el año pasado- y también de la Carmen con Garanca y Alagna, que volvía a poner sobre el escenario los recitativos tradicionales. Gheorghiu, que cantó La Traviata completísima con Solti, ha afrontado después versiones cortadas. La ópera funciona igualmente con o sin cortes, aunque la prefiera sin ellos. En cuanto a Yves Abel, volviendo al comienzo de la entrada, se las apañó bastante bien; no se produjo ninguno de los múltiples desajustes que aquejaron la representación con Slatkin. La orquesta y el coro sonaron estupendamente, como suelen, aunque quizá Abel se pasó de decibelios en la fiesta de Flora. Pero, como de costumbre, la escucha está terriblemente limitada por la radio y es imposible saber, por ésta, cómo se escuchó en la sala.
La Traviata - Verdi
Violetta................Angela Gheorghiu
Alfredo.................James Valenti
Germont.................Thomas Hampson
Flora...................Theodora Hanslowe
Gastone.................Eduardo Valdes
Baron Douphol...........John Hancock
Marquis D'Obigny........Louis Otey
Dr. Grenvil.............Paul Plishka
Conductor...............Yves Abel
Violetta................Angela Gheorghiu
Alfredo.................James Valenti
Germont.................Thomas Hampson
Flora...................Theodora Hanslowe
Gastone.................Eduardo Valdes
Baron Douphol...........John Hancock
Marquis D'Obigny........Louis Otey
Dr. Grenvil.............Paul Plishka
Conductor...............Yves Abel
Aquí y aquí.
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1 comentario:
La he bajado y me ha gustado mucho Angelita, me sobran todos lo de más, se basta sola.
Nina ¡Gracias!
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