En 1835 el joven Vincenzo Bellini estrenaba en el Théatre Italien de París I Puritani di Scozia, con libreto de Carlo Pepoli y protagonizada en aquella primera función por un reparto legendario: Giovanni Rubini como Arturo, Giulia Grisi como Elvira, Antonio Tamburini como Riccardo de Forth y Luigi Lablache como Giorgio. Fue un éxito, y también su última ópera. El compositor moriría aquel mismo año, no muy lejos de la capital francesa. En cuanto a su obra postrera, siempre ha ocupado un lugar destacado en el repertorio, y no sólo para lucimiento de la soprano precisamente. Tan difícil como encontrar una buena Elvira es hallar un tenor que haga justicia al papel de Arturo o un barítono que sea un buen Riccardo. Y, aunque personalmente me interesan mucho más los personajes de la soprano o el señor de Forth - siempre he simpatizado más con él que con el protagonista- en esta ocasión la comparativa estará centrada en el tenor... y en la que es, probablemente, su escena más célebre en esta ópera -aunque la comparta con el resto de los personajes-, con permiso de esa maravilla que es A te, o cara... Aunque siempre que se hable de Credeasi, misera se acabe hablando de una nota, el famoso Fa. No es la única parte de tenor que sufra este fenómeno, aunque, al contrario que en otras muchas ocasiones, en este caso se trata de algo que Bellini escribió realmente. El cambio de la técnica desde la época en que Rubini estrenó el papel a la actual hace que alcanzar esas estratosferas no sea común... Y que cuando se alcanzan tampoco resulte especialmente agradable el resultado.
No andándonos más por las ramas, he aquí las cuatro grabaciones de Credeasi, misera que podrán compararse durante el próximo mes. La mayoría de los Arturos implicados no necesitan presentación.
ARTURO
Credeasi, misera,
da me tradita,
traea sua vita
in tal martir!
Or sfido i fulmini,
disprezzo il fato, se teco al lato
potrò morir! ELVIRA Qual mai funerea voce funesta mi scuote e desta dal mio martir! Se fui sì barbara, nel trarlo a morte, m'avrà consorte nel suo morir! RICCARDO
Quel suon funereo
ch'apre una tomba,
nel sen mi piomba,
m'agghiaccia il cor.
La sorte orribile
spense già l'ira,
mi affanna e ispira
pietà e dolor.
GIORGIO
Quel suon funereo
feral rimbomba,
nel sen mi piomba,
m'agghiaccia il cor.
Sol posso, ah' misero!
Tremare e fremere.
Non ha più lacrime
il mio dolor.
CORO DI PURITANI
Quel suon funereo
ch'apre una tomba,
cupo rimbomba
mi piomba al cor.
E Dio terribile,
in sua vendetta
gli empi saetta
sterminator.
CORO DI DONNE
Quel suon funereo
feral rimbomba,
al cor ci piomba,
gelar ci fa!
Pur fra le lacrime
speme ci affida,
che Dio ci arrida
di sua pietà!
CORO
Che s'aspetta? Alla vendetta!
Dio comanda ai figli suoi
che giustizia alfin si renda.
RICCARDO, GIORGIO E DONNE
Sol ferocia or parla in voi!
La pietade Iddio v'apprenda!
ARTURO
Deh! Ritorna ai sensi tuoi!
ELVIRA
Qual mi cade orribil benda!
ARTURO
Oh mia Elvira!...
ELVIRA
E vivi ancor!
ARTURO
Teco io sono!...
ELVIRA
Ah! Il tuo perdono!
Per me a morte, o Arturo mio...!
ARTURO
Di tua sorte il reo son io.
ELVIRA
Un amplesso.
BRUNO, UOMINI
Avvampo e fremo!
ARTURO, ELVIRA
Un addio!
UOMINI
Cada alfin l'ultrice spada
sovra il capo al traditor!
ARTURO
(Rivolto ai puritani, con sdegno)
Arrestate: vi scostate!
Paventate il mio furor.
Ella è tremante;
ella è spirante;
anime perfide,
sorde a pietà,
un solo istante
l'ire frenate,
| ARTURO
¡Creíase, la pobre,
por mí traicionada,
y llevaba su vida
en tal martirio!
¡Ahora desafío a los rayos
desprecio el destino sí, a tu lado, podré morir! ELVIRA ¡Qué fúnebre voz siniestra me agita y despierta de mi martirio! ¡Si he sido tan necia de llevarlo a la muerte me tendrá como consorte en su morir! RICARDO ¡Qué sonido fúnebre que abre una tumba, se me desploma en las sienes, me hiela el corazón! La suerte horrible mató ya la ira, me anhela e inspira piedad y dolor. JORGE Ese sonido fúnebre feroz retumba, sobre mis sienes y se abate helándome el corazón. Sólo puedo, ¡ay, mísero! temblar y estremecerme. No quedan lágrimas para mi dolor. PURITANOS Ese sonido fúnebre que abre una tumba profunda retumba y cae en el corazón. Dios terrible, en su venganza, al impío asaetea, exterminador. MUJERES ¡Qué sonido fúnebre feroz retumba, en el corazón y nos hace helar! Así, entre las lágrimas la esperanza nos hace confiar que Dios nos sonría con su piedad! CORO
¿A qué esperamos? ¡A la venganza!
Dios manda a sus hijos
que al fin la justicia se cumpla.
RICARDO, JORGE, MUJERES
¡Sólo la crueldad habla por vosotros!
¡Aprended de la piedad de Dios!
ARTURO
¡Vamos! ¡Vuelve en ti!
ELVIRA
¡Me cae una horrible venda!
ARTURO
¡Elvira mía...!
ELVIRA
¡Aún estás vivo!
ARTURO
¡Soy tuyo...!
ELVIRA
¡Ah! ¡Tu perdón!
¡Por mí vas a la muerte, oh Arturo mío!
ARTURO
De tu suerte, culpable soy.
ELVIRA
Una despedida...
BRUNO, HOMBRES
¡Me enciendo y me estremezco!
ARTURO, ELVIRA
¡Un adiós!
HOMBRES
¡Caiga al fin la espada vengadora
sobre la cabeza del traidor!
ARTURO
(Vuelto a los puritanos, con desdén)
¡Deteneos! ¡Apartaos!
¡Temed mi furia!
Ella está temblando,
está expirando,
pérfidas almas,
sordas a la piedad,
un sólo instante
la ira frenad
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