Algún día tengo que dedicarle un poco de tiempo a Marina Poplavskaya, una cantante que es para mí un verdadero enigma: voluntariosa, con intenciones apreciables, talento de actriz no desdeñable, un timbre que me agrada... y una técnica (o falta de, la respiración es un verdadero problema) que hace de la irregularidad una de las constantes en casi todas las representaciones que he escuchado (aparte de que desde hace cierto tiempo la escucho cansada y su agenda está repleta). Cierto aspecto imprevisible que sin embargo no consigue que la soprano moscovita deje de interesarme. Hay algo que me empuja a escucharla nuevamente, pese a sus defectos. Su Traviata me dejó ya un tanto perpleja en la grabación de Amsterdam (2009). Esta del Met vuelve a dejarme intrigada, con momentos al borde del cataclismo y otros de una cierta belleza. Hubo de todo, menos rutina (bien, la rutina la puso en mi opinión el barítono, de los que cantan como si recitaran la tabla de multiplicar y sin sutileza alguna) . La puesta en escena no es de las que facilitan la existencia a un cantante que tenga carencias técnicas, aunque en honor a la verdad hay que decir que en el Don Carlo, que es mucho más reposado, las dificultades se manifestaron de igual forma. Incluso más. Las carreras que tiene que darse sobre sus altísimos tacones de aguja no sirven de excusa siempre. Tal vez un tiempo de descanso y replantearse algunas cosas ayudaría.
¿Y todo lo que no era Poplavskaya, en esta función? Bueno, lo cierto es que me interesaba menos. A Polenzani lo conocía de las funciones de El Rapto en el Serrallo con Damrau y del Don Pasquale con Netrebko; de las primeras han pasado más de dos años. La otra pudo verse en el cine y circula por ahí. El papel de Alfredo le queda algo grande, y su escena la sacó con no poco esfuerzo. Lamentablemente Noseda le dejó añadir el Do al final de O mio rimorso; no me canso de repetir que me parece una horterada perseguible. El que menos preocupado parecía con llevar las cosas adelante, es decir, el barítono, aportó pocas cosas, ya antes he hecho alusión a su monótona forma de cantar. Peor aún, en su duo con Violetta se alineó con la larga estirpe de Germonts extorsionadores que no sólo exigen a la infortunada cortesana que abandone al amor de su vida. Es que además parecen amenazar con partirle las piernas. Edición un poco extraña, lo que no deja de hacer que me pregunte si Poplavskaya tenía alguna molestia que no fue anunciada. Corte imprevisto en Addio, del passato (precedido por una lectura de la carta un tanto extraña), que ha estado cantando con las dos estrofas en días pasados. Sin embargo no lo hubo en el dúo posterior. No encontré nada especialmente destacable en la dirección de Noseda. Hubo algún despiste curioso, por ejemplo Flora se comió la frase con la que da la bienvenida a Violetta en la segunda escena del Acto III. De modo que la pobre cortesana tuvo que devolver la cortesía a las paredes.
Verdi
La Traviata
Violetta Valéry ..... Marina Poplavskaya (Soprano)
Alfredo Germont ..... Matthew Polenzani (Tenor)
Giorgio Germont ..... Andrzej Dobber (Baritone)
Flora Bervoix ..... Jennifer Holloway (Mezzo-soprano)
Annina ..... Maria Zifchak (Soprano)
Gastone ..... Scott Scully (Tenor)
Barone Douphol ..... Jason Stearus (Baritone)
Marchese d'Obigny ..... Kyle Pfortmiller (Bass)
Dottore Grenvil ..... Luigi Roni (Bass)
Giuseppe ..... Juhwan Lee (Tenor)
Flora's servant ..... Seth Malkin (Bass)
Commissioner .....Joseph Turi (Bass)
Gianandrea Noseda ..... (Conductor)
Parte 1 y Parte 2
Edición. Sin enlaces por culpa del cierre de MU. Intentaré remediarlo.
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