jueves, 14 de mayo de 2009

Una Norma agitada

Aparte de la "tríada" formada por Callas, Sutherland y Caballé, muchas otras cantantes se han enfrentado al papel de la sacerdotisa de Irminsul con mayor o menor fortuna son tantas (incluyendo alguna tan exótica como Antonietta Stella, de la que se conserva una grabación en pésimas condiciones sonoras, con Del Monaco como Pollione) que es difícil hacer una relación exacta. No obstante, una de las representaciones de Norma más sonadas quedó recogida en disco. Y la función sucesiva, también.En 1958 Anita Cerquetti estaba cantando Norma en el San Carlo cuando tuvo lugar la función de la que hablamos. Mientras ella daba vida a la sacerdotisa en Nápoles, Callas estaba haciendo lo propio en la Ciudad Eterna. Pero la Divina se encontraba indispuesta (treinta y seis horas antes de la ópera estaba sencillamente afónica) y dejó la representación después del primer acto. Al parecer, había insistido antes de la función para que buscaran una sustituta, pero la dirección del Teatro de la Ópera de Roma se negó, alegando que era una noche de gala y que el Presidente de la República estaría presente. Después de un primer acto de dura lucha con su voz (al término del cual algunos miembros del público le gritaron Vuélvete a Milán, ¡Nos cuestas un millón de liras! y cosas semejantes) , y pese a los ruegos de Santini, del director artístico del teatro y de otros presentes en el camerino. Al día siguiente los periódicos hablaban indignados de "Esa artista de segunda clase, italiana por matrimonio, milanesa a causa de la admiración injustificada de ciertos segmentos del público de la Scala, internacional por su peligrosa admiración con Elsa Maxwell". Pero hablábamos de Cerquetti, que llegó, cantó la segunda función de Norma y cosechó un considerable éxito que desató el interés de los teatros por ella. Cuando Callas, aún en Roma, declaró que se había restablecido y quería cumplir con su contrato, la dirección de la Ópera se negó. Se entabló un pleito que acabaría ganando Callas, con la Ópera de Roma condenada a pagarle los daños y perjuicios. Entretanto, Cerquetti, que cantó las demás funciones, tuvo que llevar su Norma de Nápoles a Roma. No es extraño que con esto, y con la frenética actividad que desarrolló en su demasiado breve carrera, Cerquetti aludiera al estrés que sentía en aquella época, que le impedía incluso dormir. Norma será siempre, según sus propias palabras, la ópera más cercana al corazón de la Cerquetti. En el resumen del argumento habéis podido escuchar el dúo final entre Norma y Pollione, y gracias al vídeo de magghot podéis hacer lo mismo con su Oh, di qual sei tu vittima!. Como podréis ver, el sonido no es el mejor de los posibles.

Como ya apuntaba por algún lugar, la Norma interrumpida de Callas en Roma (cuyo teatro haría, muchos años más tarde, un acto de desagravio a la Divina) fue preservada y algo de ella puede escucharse aquí, si tenéis curiosidad, así como la reacción del público (y de los locutores de la radio) ante la retirada de la soprano. Curiosamente recuerdo que el tema de la función romana interrumpida resurgió con ocasión de la "espantada" de Alagna en la Scala, durante la ya célebre función de Aida, considerándose como precedente. Claro que Callas tuvo el detalle de terminar el primer acto, así que la comparación resulta un poco traída por los pelos. En cuanto a la Norma de Cerquetti, varias casas discográficas la han editado (por ejemplo la imprescindible Opera d'Oro, qué sería de nosotros, operómanos de pocos recursos, sin ella), aunque el sonido (al parecer la grabación procede de un espectador que estaba presente en el teatro) deja bastante que desear en todas y cada una de las ediciones.

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