Maria Callas como Paolina en Poliuto (la Scala, 1960) |
El 30 de noviembre de 1848 se estrenaba en el Teatro San Carlo de Nápoles Poliuto, de Gaetano Donizetti, con libreto de Cammarano. La ópera se estrenaba allí con un retraso de una década respecto a los planes originales y había hecho un curioso viaje de ida y vuelta entre Francia e Italia. ¿La causa? La censura, siempre la censura. En el invierno de 1837-38, y durante los ensayos de Maria de Rudenz en Venecia, Gaetano Donizetti conoció al tenor Louis Nourrit, cuya estrella comenzaba a desvanecerse tras la aparición de un rival que además traía una nueva técnica consigo: Duprez. Nourrit no parecía un devoto de la obra donizettiana y ponía por escrito cosas como Cuando uno ha escuchado una o dos óperas de Donizetti, las conoce todas, y cuando se ha escuchado un fragmento se puede imaginar el resto de la ópera. Pero, gustos aparte, congenió con el compositor. Lo suficiente como para acompañarle a Nápoles y sugerirle el tema de la próxima ópera que debía estrenar en el San Carlo: el Polyeucte Martyr de Corneille. De hecho Nourrit se implicó tanto en el proceso creativo de Poliuto que solía referirse en sus cartas a nuestra ópera. Pero mientras la componía, Donizetti tenía el presentimiento de que los censores se mostrarían implacables con una obra que ponía a mártires cristianos en escena. La misma mención de temas religiosos en una ópera era sinónimo de no acabar en escena. Recordemos que, unos cuantos años más tarde, la Violetta de Verdi debía cantar, según el teatro, pena e delizia y no croce e delizia, por evitar que una mujer de vida alegre mencionase la Santa Cruz.
Tal y como se imaginaba Donizetti, el estreno - planeado para el 26 de septiembre de 1838 - no tuvo lugar, porque el rey Fernando II prohibió las representaciones. Por un breve espacio de tiempo el compositor trató de modificar el libreto, con tal de salvar el estreno. Una de las alternativas era cambiar cristianos por zoroastristas y Armenia por la India. Al final, las alternativas no fueron aceptadas y en lugar de Poliuto el San Carlo puso en escena Pia de Tolomei, también con algunas modificaciones. Frustrado, Donizetti marchó a París, donde, con un libreto ampliado y traducido al francés, se estrenó bajo el título de Les Martyrs. Fue en 1840. El pobre Nourrit, que tanto se había implicado en la creación de la ópera como uno de los medios para relanzar su carrera, se había suicidado el año anterior. Irónicamente quien estrenó el papel fue su joven rival, Duprez. Tampoco el compositor vería Poliuto en su forma original, pues murió antes de las representaciones de noviembre de 1848 en Nápoles. En Londres se estrenaría en 1852, pero en realidad se trataba de Les Martyrs retraducida. Poliuto fue un papel codiciado por los tenores y nunca acabó por desaparecer. Aunque el revival más famoso sea el de la Scala en 1960, con Maria Callas, Franco Corelli y Ettore Bastianini dirigidos por Antonino Votto. La ópera tiene, también, unos cuantos parecidos curiosos con obras de Verdi... Ejemplo, la escena de entrada de Severo se asemeja - incluso musicalmente - a la de Aida... Y uno no puede escuchar Il suon dell'arpe angeliche sin pensar en La Forza del Destino.
Franco Corelli y Maria Callas como Paolina y Poliuto |
La historia del mártir Polieucto de Metilene - que también inspirará a Dukas y a Gounod - se entremezcla en la ópera con la de su esposa, Paulina. Convertido al Cristianismo - la primera escena nos lo muestra en las catacumbas, a punto de ser bautizado y acompañado de Nearco, otro cristiano-, nuestro protagonista está atormentado por la posible infidelidad de Paolina. El matrimonio fue aceptado por las presiones paternas y porque Severo, el hombre al que ella amaba realmente, había muerto en batalla. Paolina por su parte está preocupada por lo que la conversión al Cristianismo significa para su esposo: la muerte, si es descubierta. La historia se complica cuando el supuesto muerto, el procónsul Severo, entra triunfante en Metilene y Paolina se divide entre sus sentimientos y la voluntad de permanecer fiel a su esposo. Aparece un pretendiente despechado de Paolina, Callistene, que convence a Poliuto de que ella le traiciona con Severo - en especial cuando los ve hablando... En realidad Paolina se mantiene inquebrantable en su voluntad de ser fiel a Poliuto, aun cuando todo su amor por Severo sigue ahí... Cuando Nearco, su amigo y hermano en la fe es arrastrado al templo de Júpiter, Callistene anuncia que se ha producido una nueva conversión y Nearco morirá si no revela el nombre. Nearco se niega a revelarlo. Pero Poliuto aparece y declara que es el converso. Cuando Paolina ruega a Severo que perdone a su esposo, éste, acicateado por los celos, la insulta y derriba el altar de Júpiter como prueba de su nueva fe. Los romanos lo arrastran, junto con Nearco, fuera del templo para ser encarcelado, mientras una desesperada Paolina llora en brazos de su padre. Es en el calabozo y aguardando el martirio cuando, por medio de un sueño, Poliuto comprende al fin que su esposa es inocente. Paolina se introduce en la celda y trata de convencer a Poliuto para que salve la vida, renunciando a su fe. Cuando éste se niega, Paolina decide compartir su destino - eso tan tópico de acabar en las fauces de los leones- , convirtiéndose al Cristianismo. Los ruegos de un destrozado Severo no sirven para que ella cambie de opinión.
Para terminar con esta entrada, gracias a un alma caritativa que responde al nombre de DonGaetanoDonizetti podemos escuchar en su integridad la ópera, precisamente en la grabación de 1960. También hay otras alternativas, como el de la Ópera de Roma en 1988 o una representación aún más reciente, de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario