martes, 31 de marzo de 2009

Maria Callas y Violetta

(Autoplagio causado por la vaguería extrema y derivado de aquí)
Maria Callas revolucionó para siempre la concepción del personaje, dotándole de un dramatismo pocas veces visto antes y cuyos antecedentes serían el enfoque de Muzio y, sobre todo, Ponselle. Por si esto fuera poco, era capaz, al menos en sus primeros años (a lo largo de la serie de audios propuestos veremos cómo cada vez le resulta más complicado) de solventar sin dificultad las agilidades del Acto I.


Callas interpretó a Violetta por vez primera en Florencia, en 1951. Antes de eso Serafin, uno de sus primeros valedores, había intentado convencerla para que afrontara el papel de la cortesana, a lo que Callas no había accedido por no sentirse preparada para ello. De hecho si se cree a algunos de sus biógrafos, María llevaba preparándolo desde 1949. Conservamos varias funciones de Méjico del mismo año, 1951 bajo la dirección de Oliviero de Fabritiis. Escuchamos:

È strano... Ah, fors'è lui
Sempre libera
Dammi tu forza... Amami, Alfredo!

Un año más tarde repite en Méjico, junto con Di Stefano, con el que también había cantado Violetta en 1951 (por no tener esas funciones a mano, el audio corresponde a las cantadas con Valletti), dirigiendo Mugnai. Escuchamos:

È strano... Ah, fors'è lui
Sempre libera
Dammi tu forza... Amami, Alfredo
Teneste la promessa... Addio, del passato

Seguimos con la única grabación en estudio de La Traviata que nos dejó Callas, el segundo de sus registros para CETRA (junto con La Gioconda, de 1952, con Votto). Se ha dicho que esta es la primera Violetta verdaderamente madura de Callas. El registro la muestra en plena plenitud vocal, lástima que esté acompañada por un reparto desigual (por decirlo suavemente) y por Santini, que tampoco es para tirar cohetes. El contrato con EMI se firmó poco después de esta grabación. No obstante un acuerdo con CETRA impedía una grabación de La Traviata en estudio hasta 1957. Escuchamos

La escena completa del Acto I
Dammi tu forza... Amami, Alfredo
Teneste la promessa...
Addio, del passato

En 1955 y 1956, las representaciones de La Traviata en la Scala, con la dirección escénica de Visconti y bajo la batuta de Carlo Maria Giulini alcanzaron la categoría de mito, como han experimentado, para su desgracia, el resto de cantantes que han tenido la osadía de encarnar a Violetta en la Scala. Un mito a posteriori, ha de decirse, porque en su momento la decisión del director de escena de situar la acción en torno a 1880 y algunos otros elementos (que Violetta se quitase los zapatos y se soltara el pelo antes de cantar Sempre libera, o que muriera a medio vestir, con el sombrero puesto) fueron duramente criticados, y Visconti acusado de "traicionar a Verdi". También está el hecho de que Di Stefano se molestara por el excesivo interés que Visconti mostraba por el personaje de Violetta (anda que...), así que dejó la producción la misma noche de su estreno, al terminar. La producción se retomaría en 1956, con Gianni Raimondi como Alfredo. De 1955 escuchamos:

È strano... Ah, fors'è lui... Sempre libera
Dammi tu forza... Amami, Alfredo!
Teneste la promessa... Addio, del passato

De 1956:

È strano... Ah, fors'è lui
Sempre libera
Dammi tu forza...
Amami, Alfredo
Alfredo, Alfredo, di questo core...
Or fate cor... Teneste la promessa
Addio, del passato

El resto de Violettas callasianas corresponden al año 1958. Aunque la estatura trágica del personaje se ha profundizado aún más, las dificultades vocales que experimenta son notables... De las funciones dadas en ese año que conservamos (dirigidas por Franco Ghione), destaca la de Lisboa con un entonces joven Alfredo Kraus, con el que Callas quedó encantada, aunque, comentó, "le conozco a usted demasiado tarde". También nos ha llegado la grabación de las funciones del Covent Garden, con Cesare Valletti y Nicola Rescigno a la batuta. Escuchamos

Lisboa:

È strano... Ah, fors'è lui... Follie! Follie!
Sempre libera
Dite alla giovine...
Teneste la promessa...
Addio, del passato

Covent Garden:

Ah, fors'è lui...
Sempre libera
Teneste la promessa... Addio, del passato

lunes, 30 de marzo de 2009

Adiós a Maurice Jarre

Como tantos otros hoy, me he despertado con la noticia de la desaparición de Maurice Jarre. Aunque su trabajo está presente en unos 140 títulos, para mí siempre permanece unido a Doctor Zhivago y Lawrence de Arabia. No soy demasiado original con la asociación, ya que sin duda son los dos títulos más famosos en los que Jarre (nacido en Francia, pero con nacionalidad estadounidense) intervino, ambos a cargo de David Lean. Uno de ellos (Zhivago) siempre ha estado entre mis películas favoritas. En su honor escuchemos la "obertura" que compuso para Lawrence de Arabia y veamos cómo dirige temas de Doctor Zhivago en un concierto que tuvo lugar en 1992 como homenaje a Lean.

(vídeo de mikt87)

(vídeo de freeasabirdd)

domingo, 29 de marzo de 2009

Interludio animado: Mickey Maestro

Hace mucho, mucho tiempo, ví este corto animado en la televisión. Luego lo encontré en Youtube, pero le perdí el rastro. Hoy lo he vuelto a encontrar. Mickey Mouse intenta sin demasiada ayuda externa dirigir la obertura de Guillermo Tell (en un programa que incluía también la de Zampa, de Hérold, curiosamente), cosa que al final (son muy profesionales, su banda y él) consigue:

(vídeo de cofebrake)

Das Rheingold desde el Met

Contar en pocas palabras el argumento del Anillo wagneriano se me antoja tan difícil como descifrar las complicaciones del árbol genealógico de Wotan (más conocido como Odín); en el fondo, gran parte del argumento podría irse en ello. Aparte, la mitología nórdica nunca ha sido lo mío. Yo siempre he sido más de la helena. O, poniéndose un poco exóticos, de la mesopotámica, pero esta última no ha sido tan transitada por el mundo operístico como la clásica o la escandinava. Como sabréis, la historia no ya de Das Rheingold (El oro del Rhin) sino del ciclo wagneriano entero, gira alrededor de un anillo maldito (según la mitología escandinava, el objeto tenía nombre: Andvarinaut) que permite a su poseedor dominar el mundo y que fue forjado por el nibelungo Alberich (un enano), con el oro que robó a las hijas del Rhin. Por culpa de ese anillo (que acabará, tras la cadena de desdichas que provoca acabará nuevamente en manos de las hijas del Rhin, que lo custodiarán) dioses y hombres se pelearán y al final morirá hasta el apuntador. Esta es la historia que Richard Wagner utilizó para poner en pie la Tetralogía (un prólogo y tres "jornadas") del Anillo de los Nibelungos, compuesta, aparte del Oro del Rhin, por La Valquiria, Sigfrido y El Ocaso de los Dioses.
Ayer pudimos escuchar la retransmisión de El Oro del Rhin desde el Met. El inicio de un nuevo Anillo que (salvo el intervalo del Elisir donizettiano) nos ocupará los pocos fines de semana que nos quedan de retransmisiones "en abierto" desde el teatro neoyorkino (como sabréis, el resto puede escucharse por la página del teatro o por el satélite Sirius). Una tetralogía confiada a la batuta de James Levine, al que esta temporada hemos escuchado bien poco. Me pregunto si el Met llamará para próximos ciclos a Barenboim (que este año hiciera su tardío debut en la plaza con Tristan und Isolde) o a Thielemann, que es el que se ha hecho casi "fijo" en Bayreuth a la hora de dirigir los Anillos de los últimos años. Y es que Levine siempre me ha aburrido soberanamente en Wagner. Este hombre tiene el inmenso mérito de haber convertido a la orquesta del Met en lo que es hoy, sin duda de las mejores que hay por esos fosos del mundo. Aparte de eso, no siento demasiado apego por él. En Wagner, directamente, y sin ser una experta en el repertorio (lo del Anillo me daba mucho, mucho respeto hasta hace muy poco tiempo), tiendo a evitarlo. Ayer esperaba aburrirme con su visión del Rheingold y lo hice. Veremos qué tal el resto del ciclo. De momento aquí tenéis la retransmisión de ayer, grabada de la imprescindible Bartok Radio. He de decir que esta es una "edición de emergencia". En vez de la habitual grabación fragmentada, lo que tendréis es un mp3 con la ópera entera, pura y simplemente. Ya habrá tiempo de hacer una edición más "elaborada" cuando se termine el ciclo. Para unir las tres partes tendréis que utilizar Hj-Split o programas similares.



Wagner: Das Rheingold.

Conductor: James Levine
Freia: Wendy Bryn Harmer
Fricka: Yvonne Naef
Erda: Jill Grove
Loge: Kim Begley
Mime: Gerhard Siegel
Wotan: James Morris
Alberich: Richard Paul Fink
Fasolt: Franz-Josef Selig
Fafner: John Tomlinson

Parte 1 Parte 2 Parte 3

Y para que veáis que dejarse el móvil encendido durante una representación es, tristemente, una costumbre universal, escuchemos el preludio.

viernes, 27 de marzo de 2009

Ópera en la radio para este fin de semana

Comienza el Anillo del Met este sábado, y cada vez se acerca más el final de la temporada de las transmisiones por las radios de medio mundo. Como exigen los cánones, comenzaremos por Das Rheingold, con James Levine a la batuta (suele dormirme en Wagner, veremos qué tal mañana) y a partir de las 18:00. Como de costumbre tenemos mucho donde elegir, ya que podremos escucharla por todas estas emisoras. Según la página del Met, no habrá intermedio. Más Wagner a partir de las 19:00 por CESKY ROZHLAS 3 -VLTAVA, que ofrece Lohengrin, en una grabación del año pasado con Robert Dean Smith en el papel titular. Para los rossinianos, DWOJKE POLSKIE RADIO ofrece una redifusión de la Matilde di Shabran que pudimos escuchar el pasado año, desde el Covent Garden, con Juan Diego Flórez y Aleksandra Kurzak. Tenemos un poco de todo, porque también Puccini estará presente en las retransmisiones a través de La Rondine, por DEUTSCHLANDRADIO KULTUR y a partir de las 19:00. Hay alguna repetición más, como la Carmen vienesa con Kasarova y Cura (por NRK KLASSISK a partir de las 19:30) o el Stiffelio de Verdi con (otra vez) Cura y Hui-He, que ofrecerá RADIO CLASICA DE ESPAÑA dentro de su programa El fantasma de la ópera (con una primera parte dedicada al disco de Patricia Petibon Amoreuses). Será a partir de las 19:00. La RAI3 ofrece a partir de las 20:00 The Emperor Jones, de Louis Gruenberg, desde el Teatro delle Muse de Ancona. De momento eso es todo, salvo novedades que aporte Operacast o despiste mío (demasiados últimamente).

jueves, 26 de marzo de 2009

Stokowsy y Debussy: Preludio a la siesta de un fauno.

Para comenzar el día, escuchemos a un anciano Leopold Stokowski (curiosidad: el hombre que le dio la mano a Mickey Mouse en Fantasía) no con su habitual, la Philadelphia Orchestra (que dejara en manos de Ormandy a partir de 1941) con la London Symphony Orchestra, allá por 1972, cinco años antes de su muerte.


Vídeos de

miércoles, 25 de marzo de 2009

Y un poco de Chapí

Poco tiempo se llevaron la fecha de nacimiento Magda Olivero y el fallecimiento de Ruperto Chapí, al que le queda poco para convertirse en "centenario". Un pequeño recordatorio antes de terminar este día para uno de nuestros músicos, el Preludio de La Revoltosa, acompañado de imágenes de Madrid.

Vídeo de lamariblanca

Chapí también fundó la Innombrable, aunque entonces no se había pasado al Lado Oscuro. La Innombrable, me refiero.

Un cumpleaños para hoy

Comencemos el día con Magda Olivero, nacida un 25 de marzo de 1910. Eso significa (evidentemente) que esta leyenda de la ópera hoy cumple 99 años. Felicidades.

domingo, 22 de marzo de 2009

La Sonnambula desde el Met

Una de las retransmisiones más esperadas desde el Met era sin duda la Sonnambula protagonizada por Natalie Dessay y Juan Diego Flórez, que suponía la vuelta de las peripecias de Amina al Met, después de casi treinta años. Volvió, sí, con polémica, sobre todo debido a la puesta en escena de Mary Zimmermann (la misma de la Lucia "victoriana" que han cantado la propia Dessay, Damrau y Netrebko), que fue abucheada el día del estreno (aunque Dessay le demostró su apoyo, no en vano había especificado a la directora de escena que no quería una Sonnambula tradicional). Y es que esta actualización, que sitúa la acción en una moderna compañía operística que ensaya La Sonnambula, a menudo interfiere en la música, haciendo que el público se ría en los momentos más inoportunos, como en Lisa, mendace anch'essa. Y no es el único caso, pero sí es el más llamativo. Sonará terriblemente arcaico, pero que alguien pueda reírse ahí (o antes de Prendi, l'anel ti dono) me parece sacrílego, aunque también tenía que ver, por lo que han comentado asistentes a las representaciones, con la traducción al inglés que mostraban los subtítulos. Por mí como si quieren situar la acción en otro planeta; pero la propuesta escénica no debería interferir jamás en la música ni desvirtuarla. La Sonnambula es una ópera semiseria, no una sit-com.
Empecemos con los protagonistas. He escuchado grabaciones de los días anteriores, y lo cierto es que Natalie Dessay estuvo mejor que en esas representaciones. Siempre he tenido cierta debilidad por ella, pero últimamente me llevo bastantes disgustos (el anterior también en el Met, con la retransmisión de la Lucia). Escuchémosla en Come per me sereno:

Creo sinceramente que Juan Diego Flórez está destinado a convertirse en referencia histórica del papel de Elvino. Escuchémoslo (a él y al público riéndose) en Lisa, mendace anch'essa:

Y ahora escuchemos a los otros dos personajes principales. Jennifer Black, que se encargó de la antipática parte de Lisa, en De'lieti auguri:

Y Michele Pertusi, nuestro conde:

Pidò, pues bien, gracias. Que sí, me gustó, aunque tampoco me apasione. Mi (gran) problema es que cuando escucho La Sonnambula siempre me acuerdo de Bernstein. O de Bonynge. El pobre Pidò no tiene la culpa de eso.

La Sonnambula - Bellini

Amina ...... Natalie Dessay (soprano)
Elvino ...... Juan Diego Florez (tenor)
Rodolfo ...... Michele Pertusi (bass)
Lisa ...... Jennifer Black (soprano)
Alessio ...... Jeremy Galyon (bass)
Teresa ...... Jane Bunnell (mezzo-soprano)
Notary ...... Bernard Fitch (tenor)

Chorus and Orchestra of Metropolitan Opera
Evelino Pido (conductor)

Parte 1 y Parte 2

sábado, 21 de marzo de 2009

Ah! non credea mirarti (mil y una maneras de cantarlo)

Ya que esta tarde tenemos La Sonnambula desde el Met, hagamos una pequeña antología.

Adelina Patti (1906):

(vídeo de Operalala)
Luisa Tetrazzini (1909):

(vídeo de maldoror26)
Amelita Galli-Curci (1917):

(vídeo de Glenmed)
Lina Paghliucci (1939):

(vídeo de maldoror26)
Bidu Sayao (1945):

(vídeo de Homoclassicus)
Maria Callas (1955):

(vídeo de 242463)
Anna Moffo (1961):

(vídeo de Klassizismus)
Nuevamente Callas (1965):

(vídeo de tyumenboy)
Renata Scotto (1971):

(vídeo de opcel1)
Joan Sutherland:

(vídeo de spsp2sp3sp3dsp3d2)

Mariella Devia:

(vídeo de coloraturafan)
Edita Gruberova (1985):

(vídeo de coloraturafan)
June Anderson (1989):

(vídeo de nickbigd)
Natalie Dessay (2001):

(vídeo de DessayBestSinger)





"Sólo deseo cantar. No quiero ser una estrella"


Eso dice Anna Netrebko en el suplemento cultural de El País (Babelia) de este sábado, dedicado a los nuevos divos de la ópera, en la que podemos encontrar una entrevista suya y otra menos amplia a Elina Garanca, aparte de un recuento de otras figuras de la ópera actual (Sed de divos) del que también podéis ver un vídeo, y otro, de menor extensión, que repasa la cantera española (Bel Canto con acento español). Además, en la amplia entrevista, Netrebko cuenta que Mortier ( Me llevo muy bien con él, aunque parezca raro, afirma) le ha propuesto Anna Bolena en el Real, para 2012. Esta sería su fecha de vuelta al teatro madrileño después de las funciones de Guerra y Paz, de Prokofiev. Aparte, Netrebko le ha dedicado unas frases al tema tan recurrente de la dictadura de ciertos directores de escena:
"Hoy, quienes mandan son los directores de escena y eso no me gusta. Muchos de ellos no saben lo que hacen y priman los ensayos de movimientos a los musicales. Así no se puede trabajar", afirma. "Muchos se han empeñado en tumbarnos en el escenario. ¡Dios mío! ¿Por qué?"
.

Y también, refiriéndose al personaje de Violetta (y a la producción que la catapultó al estrellato, la Traviata salzburguesa, de 2005 y no de 2003 como indica el autor de la entrevista), dice:
"Me lo piden pero no voy a cantarlo mucho, es arriesgado. Sé que mucha gente quiere verme otra vez con poca ropa y revolcándome por los sofás, pero no va a ser posible. Conozco una soprano que la ha cantado en todas partes durante dos años y medio y que ya no puede hacerlo más".

viernes, 20 de marzo de 2009

Ópera en la radio para este fin de semana

Tal y como sucediera la semana pasada con Rusalka, la mayoría de las emisoras se dedicarán este fin de semana a una esperada retransmisión desde el Met, en este caso La Sonnambula, de Vincenzo Bellini, con Natalie Dessay y Juan Diego Flórez como Amina y Elvino, respectivamente, bajo dirección de Evelino Pidò. Veremos si la controvertida puesta en escena de Mary Zimmerman sigue causando efectos "secundarios" sobre el canto. Será a partir de las 18:00. Podéis elegir entre una amplia lista de emisoras que siempre han conectado con Nueva York los sábados. Pero también podréis escucharla por FRANCE MUSIQUE, DWOJKE POLSKIE RADIO y RADIO CLASICA DE ESPAÑA, que además dedicará una parte de su programa El fantasma de la ópera a Carlo Bergonzi, que recientemente ha cumplido ochenta y cinco años. Para el que quiera algo diferente, a las 19:00 y por DEUTSCHLANDRADIO KULTUR, Das Kätchen von Heilbronn, de Carl Reinthaler, que también puede escucharse (en directo desde Erfrut) por MDR FIGARO, de Viena. En cuanto a la RAI3, este sábado, a partir de las 20:05, ofrece Mazeppa, de Tchaikovsky, en grabación del pasado 13 de febrero, procedente de la ópera de Amberes, con Nikolai Putilin, Mikhail Kit, Leandra Overmann y Tatiana Pavlovskaya, con dirección musical de Dimitri Jurowskij.

Los directores que vienen al Real

Hace unos días Jesús Lopez Cobos, al que le queda tan poco tiempo para dejar el cargo de director musical del Teatro Real, advertía al futuro dueño de los destinos del coliseo madrileño, esto es, Gérard Mortier, que sin un director fijo un teatro lírico no funcionaba. En la rueda de prensa de presentación de la temporada 2009-2010 afirmó el deseo de relanzar su carrera internacional. Y es que, según dijo, no le quedaban ganas, de momento, de trabajar en España, país en el que las instituciones improvisan y "es imposible realizar proyectos a largo plazo".
Mortier parece dispuesto a aplicar en la Villa y Corte el mismo sistema que aplicara en París: una serie de directores, en vez de uno permanente. Lo que tal vez funcione con la Filarmónica de Viena, pero no sé yo si será lo mismo con la orquesta madrileña. Los nombres de la terna propuesta por Mortier se imaginaban, al menos en parte: de Sylvain Cambreling y del joven español Pablo Heras ya se había hablado con anterioridad, y a ellos se suma el alemán Thomas Hengelbrock. Cada uno, especializado en un periodo diferente. Uno para el Barroco, otro para el siglo XIX y un tercero para la contemporánea, según explicara el presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón.
No sé yo, no sé yo...

Voces de Primavera

Para dar la bienvenida a la nueva estación que hoy comienza recurramos a Karajan en su único Concierto de Año Nuevo, el del 87. No es excesivamente original, lo reconozco. Recientemente (después de tenerlo como un recuerdo nebuloso y mitificado durante veinte años) he podido hacerme con él, y, la verdad, impresiona ver a este hombre ya atormentado por los dolores abriéndose paso hacia el podio a duras penas. Y una vez en él... el espectador se olvida de los años que tiene encima. Maravilloso. En aquel año, la actualmente casi desaparecida en combate Kathleen Battle (con vestido ochentero cien por cien, ay los ochenta) nos regaló una versión del vals de Strauss Voces de Primavera. No recuerdo muchas intervenciones similares en los Conciertos de Año Nuevo. Así que escuchémoslos a ambos, pocos años antes de que él muriera y ella acabara relegada por todo el mundo debido a su comportamiento de diva desaforada.

(vídeo de Lidiazinha)
Hablando del vals en sí, prefiero la grabación estratosférica de Dessay. Pero no la tengo tan mitificada. Y es que, claro, asociada a ella no está el recuerdo lejano de ver a Karajan un 1 de enero en la tele del salón.

jueves, 19 de marzo de 2009

Anges purs, anges radieux

Un día como hoy de 1859 se estrenaba Faust, de Charles Gounod. Así que, para recordarlo, terminemos el día con tres monstruos en el final de esta ópera: Freni, Kraus y Ghiaurov. El año, 1977, y el vídeo, del canal de Oneguin65.

El Real, 2009-2010

Ya hace dos días que la próxima temporada (la última sin Mortier) ha salido a la luz. Podéis descargaros el PDF aquí. La verdad, tiene una pinta espléndida. Bautizada como "Retratos de mujer", tiene un poco de todo, como puede verse en la programación; se inaugura con Lulu, de Berg, en coproducción con el Covent Garden, dirigida musicalmente por Eilahu Inbal.

(vídeo de lorisscinemiss)
A Lulu le seguirá Theodora, de Händel, compositor que también estará presente a través de Agrippina, ambas en versión concierto. Algo que abunda en esta nueva temporada. Más Barroco, L'incoronazzione di Poppea, de Monteverdi, con Danielle de Niese, Philippe Jaroussky, Max Emmanuel Cencic y Anna Bonitatibus. En cuanto al Clasicismo, Haydn (a través de La Vera Costanza) y Vicente Martín y Soler (L'arbore di Diana) se reparten la cuota. Dos de las grandes obras de Bellini, Norma e I Puritani, serán también en versión concierto. La primera contará con Violeta Urmana en el rol titular, acompañada por Roberto Aronica y Sonia Ganassi, bajo dirección de Massimo Zanetti. I Puritani, uno de los platos fuertes, contará con las voces de Juan Diego Flórez y Eglise Gutiérrez. Rossini estará presente a través de dos títulos, L'italiana in Algeri e Il Viaggio a Reims. Verdi, con Simon Boccanegra, con Domingo en el rol titular y Angela Gheorghiu (cruzaremos los dedos para que se mantenga en cartel y no cancele) como María/Amelia, su hija. La cosa podría resultar tal y como pudo escucharse en la gala del 125 aniversario del Metropolitan de Nueva York. Como el teatro neoyorkino ha andado rápido en eliminar todos los vídeos de la gala, conformémonos con escucharla a ella con Thomas Hampson en el mismo dúo:

(vídeo de Homoclassicus)
Del repertorio italiano, pero ya perteneciente al verismo, tendremos Andrea Chénier, con Daniela Dessì y Fabio Armiliato alternándose con Fiorenza Cedolins y Marcelo Álvarez, al que, si cumple su promesa, veremos poco por el Real durante el mandato de Mortier. Presentes Wagner y Strauss a través de El holandés errante y Salomé. El, en los últimos tiempos, omnipresente Janacek estará representado por Jenufa. Además, la bellísima Die tote Stadt, de Korngold, completa la oferta. Buena temporada, pese a que se puedan echar en falta títulos del repertorio francés (ni uno), a Mozart o a Puccini.

Iphígenie en Aulide de Gluck (con unas gotas de Wagner)

(A esto venía el ataque de furor gluckiano)
Una advertencia: el sonido de la grabación que podréis encontrar al final de la entrada no es ni mucho menos el mejor del mundo; si bien está por encima de lo que suele ser la media de la RAI y cómo la recibo en casa, tampoco está libre de distorsiones de fondo. Si encuentro algo mejor, ya cambiaré los enlaces posteriormente.
Se estrenaba la noche del martes una producción de Iphigénie en Aulide de Gluck en la Ópera de Roma. Producción remozada y readaptada (pues parece que la original pasó a mejor vida) de la que Yanis Yokkos, que la realizara en 2002, dirigiera escénicamente en la Scala de Milán. Ifigenia y compañía faltaban de Roma desde el año 1954, cuando se representara con Boris Christoff y Franco Corelli en el reparto. Es una situación similar a la que se dio en el Otello del pasado diciembre. Como entonces, tenemos al mismo gran protagonista, es decir, Riccardo Muti. La presente Iphígenie es la segunda de las colaboraciones del director napolitano con la Ópera de Roma, y será seguida por Idomeneo y Nabucco, según él mismo ha declarado. Al parecer el teatro (en plena crisis de dimisiones) quiere algo más, y ha propuesto a Muti la dirección musical. Si os acordáis, ya este año el Palau de les Arts de Valencia le había tirado los tejos, aunque al final se decidieron por Chailly (o eso parece). Como ya hiciera en la Scala en el 2002, Muti ha elegido añadir el final de Wagner, aunque dejando de lado las demás adiciones que hiciera el de Leipzig. Ya entonces la decisión levantó cierta polémica, sobre todo viniendo de quien viene. Entonces se justificaba así en El País: "Normalmente", explica el maestro, "soy absolutamente fiel al texto y a la última voluntad del autor, pero esta vez he hecho una excepción. Wagner retocó toda la partitura, quizás demasiado, pero en una cosa fue absolutamente genial: en su reescritura del final, donde utiliza el material gluckiano y lo recompone, recuperando el espíritu ético y trágico de Eurípides". ¿Diferencias entre el final original y el wagneriano? Aquí los tenéis los dos (el primero en grabación de Gardiner, el segundo procedente de la función del martes):


Como veréis, la principal variación se refiere a la intervención de Diana (cantada por la asturiana Beatriz Díaz) y a que la acción se resuelve de forma bastante más expeditiva. Personalmente me produce cierto sobresalto, como si el siglo XIX se abriera paso a dentellada limpia en esta ópera del XVIII. Aparte de eso, y como siempre, Muti me pareció magnífico, siempre forzándome a reparar en detalles que no había advertido en otras grabaciones (y que me dejan pensando cómo demonios se las arregla). Pero eso no es una novedad en lo que a mí respecta. En el reparto, empezaré no por la protagonista, sino por Beatriz Díaz, a la que querría haber escuchado más. Voz (¡qué bonita!) adecuada para descender de los cielos, como habréis escuchado más arriba. Afortunadamente podremos escucharla más en Salzburgo (de nuevo, con Muti) en el Requiem de Paisiello; aunque me choca que, como siempre, los cantantes españoles tengan que irse fuera o ser fichados por alguien de renombre para que los aprecien en su propio país. En fin... La protagonista, ahora sí, fue Krassimira Stoyanova, a la que encontré estupenda (y a la que había escuchado en otro repertorio) y que podéis esuchar aquí, en Hèlas, mon coeur (Acto I) y en el aria en la que se despide de su prometido Aquiles, Adieu, conservez dans vôtre âme (Acto III):


Clitemnestra estuvo a cargo de Ekaterina Gubanova, que también me convenció, como hizo prácticamente todo el reparto, salvo el tenor. Aquí podéis escucharla en el Acto III, en Jupiter, lance la foudre:

Hablaba del tenor. La verdad es que el papel de Achille, que tiene una tesitura agudísima, se las trae. Lo desempeñó Avi Klemberg. No me gustó demasiado, aunque recordaba al que desempeñó el mismo papel en la Scala, que todavía me gustó menos, así que algo mejoró de la anterior experiencia:

Por último, y por acabar con la familia real de Micenas, escuchemos a Alexei Tikhomirov en el papel de Agamenón, en el inicio del Acto I, en Diane impitoyable!, que recoge el tema de la obertura:

Bien, pues aquí tenéis la grabación, con todas las pegas de calidad sonora que ya os anunciara al principio. Como de costumbre, fragmentada en pistas.

IPHIGENIE EN AULIDE
Diane, Beatriz Diaz
Agamemnon, Alexey Tikhomirov
Clytemnestre, Ekaterina Gubanova
Iphigénie, Krassimira Stoyanova
Achille, Avi Klemberg
Patrocle, Mario Cassi
Calchas, Riccardo Zanellato (1)
Arcas, Carlos Garcia-Ruiz
prima donna greca, Alessandra Ruffini
seconda donna greca, Sara Allegretta
terza donna greca, Miljana Nikolich
una schiava di Lesbo, Marta Moretto
una donna greca, Monica Tarone
un generale greco, Francesco Marsiglia

Orchestra e Coro del Teatro dell'Opera di Roma
Riccardo Muti, 2009


(1) Aunque originalmente estaba previsto que cantara este papel Maxim Kuzmin-Karavaev


Edición a 15 de junio. Por fin la Iphigénie ha sido redifusionada por una radio sin tanta distorsión como la italiana. Así que se añaden los nuevos enlaces, que podéis encontrar debajo del reparto. Para que os hagáis una idea de cómo suena ahora, una muestra:



miércoles, 18 de marzo de 2009

Una de Mitología: Ifigenia en Aulide

Con Artemisa, la diosa a la que los romanos llamaran Diana (estoy más acostumbrada a llamarla por el nombre griego, así me lo aprendí yo, como se decía en no sé qué programa televisivo) no se bromeaba. Hija de Zeus y de Leto o Latona (aunque, como en Mitología existen mil y una tradiciones diferentes no falta quien la emparenta con Demeter), hermana de Apolo, era la diosa de la caza. Tan celosa de su castidad como Atenea, pero con peor carácter (y, como todos los Olímpicos, Atenea solía tener arrebatos de furia por motivos nimios), a ella se le atribuían las muertes por sobreparto (que eran su venganza favorita por la pérdida de la virginidad) o los fallecimientos repentinos que golpeaban como una de sus flechas. Irónicamente, se le atribuía un papel como diosa de la maternidad, ya que, según la leyenda, ayudó a su madre Leto en el parto de su gemelo Apolo (y eso que era recién nacida; cosas del Olimpo). Hizo que el cazador Acteón se transformara en ciervo y muriera despedazado por sus propios perros en castigo por sorprenderla desnuda; mató (junto a Apolo) a los hijos de Niobe, que había osado compararse favorablemente con Leto, que sólo había tenido dos mientras ella tenía catorce, y, según cierta tradición, mató de un flechazo a Orión para demostrarle a Apolo su buena puntería (si bien luego tuvo el detalle de arrepentirse y pedirle a Zeus que lo convirtiera en constelación; se ve que en el fondo tenía su corazoncito nuestra diosa de la caza).
Artemisa, diosa con carácter difícil

La ira de Artemisa no perdonó al rey Agamenón, que además venía de una familia con mal fario, la de los Atridas. Cierta vez prometió a la diosa que le sacrificaría la criatura más hermosa nacida ese año en su reino. Naturalmente, y tratándose de Artemisa, la víctima reclamada no podía ser común. La diosa reclamaba a la hija de Agamenón, Ifigenia. El rey de Micenas tardó bastante en atreverse a cumplir su promesa, e Ifigenia creció ignorando su destino. Hasta que, en los prolegómenos de la guerra troyana, y mientras las naves estaban reunidas en Aulide, la diosa cazadora retuvo el viento, haciendo saber mediante un oráculo que estaba furiosa con Agamenón y que reclamaba su víctima. Agamenón hizo venir a su esposa Clitemnestra y a Ifigenia con el pretexto de que la joven iba a casarse con Aquiles; el Pélida nada sabía de esto y naturalmente se enfureció cuando la verdad fue revelada y descubrió el uso que el rey había hecho de su nombre. Otra tradición nos cuenta que Agamenón mató un ciervo consagrado a la diosa, que, enfurecida, reclamó a cambio a Ifigenia. Sea como fuere, el sacrificio no se consumó. Artemisa experimentó uno de sus raros momentos de piedad y sustituyó a la joven por una cierva. Eso no lo tomaría en cuenta Clitemnestra cuando, muchos años más tarde y en complicidad con su amante Egisto, asesinara a Agamenón a su regreso de la Guerra de Troya. Ifigenia acabó en Tauride, como sacerdotisa de la diosa; concretamente se encargó de la poco agradable labor de sacrificar a los extranjeros que invadían el sagrado recinto. Allí se reencontraría con su hermano Orestes, pero eso es otra historia y, en el caso de Gluck, otra ópera.
Aquiles se encoleriza al descubrir el engaño de Agamenón, según Jacques-Louis David

Pues la historia de Ifigenia y su sacrificio ha servido de inspiración constante a lo largo de los siglos. Y Christoph Willibald Gluck no fue una excepción, ya que compuso dos óperas sobre el tema, Ifigenia en Aulide e Ifigenia en Tauride, que datan de 1774 y 1779, respectivamente. El libreto de Leblanc du Roullet se basaba más en la tragedia de Racine (si bien adaptándola libremente) que en las fuentes clásicas.
A la hora de su estreno en París, Gluck contó con el firme apoyo de su protectora (y ex-alumna) la entonces Delfina, María Antonieta; también con su estreno se pusieron las bases de una monumental polémica entre "gluckistas" y "piccinistas", a la que eran ajenos los dos compositores pero que, a la larga, perdió Piccini. Al que, por cierto, Maria Antonieta también apoyaba, en su labor de patrona de las artes. Después del estreno había escrito ¡Ah, un triunfo! Me ha entusiasmado, recalcando, además, que en París no se hablaba de otra cosa. Durante los primeros años de su reinado y cuando en el Acto II de la ópera de Gluck el coro entonaba Chantons, célébrons notre Reine!/L'hymen qui sous ses lois l'enchaîne/Va nous rendre à jamais heureux se solía aplaudir y celebrar la coincidencia (¿de verdad lo era?) con vivas a la Reina, sobre todo si ella estaba en el palco. Luego ya se sabe cómo acabó la historia, y en el caso de María Antonieta no hubo, desgraciadamente para ella, cierva que la sustituyera en el sacrificio.
María Antonieta, alumna y protectora de Gluck

Popular en su época, fue dejándole paso a la otra Ifigenia gluckiana, convirtiéndose poco a poco en una rareza. Como ya se apuntaba ayer, en 1847 Richard Wagner decidió "revivirla" para la corte de Dresde, cambiándole el final y añadiendo aquí y allá, a lo largo de toda la partitura, cosas de su propia cosecha. Entre las intervenciones que consideró necesarias, sustituyó el obligatorio (en la época) final feliz en el que Diana no sólo perdonaba a la muchacha sino que la casaba con Aquiles antes de liberar los vientos (que Aquiles tuviera que partir inmediatamente para la guerra y que nunca volvería de ella no sé si debe considerarse final feliz) por uno agridulce en el que, aunque Ifigenia era perdonada por la aparición in extremis de la diosa, partía inmediatamente hacia Tauride para convertirse en su sacerdotisa, de modo que tanto sus padres como su prometido Aquiles la perdían. De la pérdida de popularidad de Ifigenia en Aulide a lo largo de los siglos XIX y XX puede dar testigo la escasa discografía oficial si se la compara con los registros existentes de la otra Ifigenia de Gluck, tampoco demasiado numerosos. La edición "wagneriana", con todos los cambios introducidos por el de Leipzig, es aún más rara.

La trama, que sigue en líneas generales el mito clásico, se adorna con una intriga amorosa. Agamenón, reacio a sacrificar a su hija y atormentado por su decisión, opta por hacer creer a ésta que su prometido, Aquiles, la ha abandonado por otra. Confía en que así su esposa y su hija se irán de Aulide ofendidas, y que de ese modo Ifigenia, a la que ha jurado sacrificar a la diosa Diana, salvará la vida. La treta funciona en un primer momento; Ifigenia y Clitemnestra llegan a Aulide y se encuentran con la noticia. Ifigenia se entrega al dolor y a la furia por haber sido, según cree, traicionada. Quiere la casualidad que Aquiles aparezca y se muestre sorprendido al ver allí a su prometida. Cuando ésta le reprocha que la haya abandonado y le insta a que acuda junto a su nueva amante, Aquiles (tras el pasmo y la indignación iniciales) desmiente sin tardanza el rumor. De modo que el Acto I se cierra con el dúo entre ambos, que se las prometen muy felices. En el Acto II todo está listo para las bodas de Aquiles e Ifigenia, pero cuando los novios se encaminan hacia el altar, se descubre la verdad por medio de Arcante: Agamenón espera a su hija en el templo para cumplir la promesa hecha a Diana. Aquiles y Clitemnestra se enfurecen contra el rey, pero Ifigenia aún defiende a su padre. Este decide que Ifigenia no perecerá en el ara y decide ocultarla. Pero el pueblo (ya en el Acto III) pide a gritos el sacrificio e Ifigenia opta por obedecer sus deseos, a pesar de los ruegos de su madre y de Aquiles, que quiere hacerla huir, de grado o por la fuerza. Mientras la joven se resigna a su suerte, Clitemnestra invoca a Júpiter para que castigue a los impíos griegos que piden la muerte de su hija. Ya en el escenario del sacrificio irrumpen Aquiles y sus hombres, dispuestos a llevarse de allí a Ifigenia. Es en medio del tumulto cuando aparece Diana, conmovida ante el amor de Clitemnestra por su hija y la virtud de ésta y resuelve la situación haciendo a todos felices: salva a Ifigenia, libera a Agamenón de su voto y bendice las bodas de Aquiles con la joven, liberando, de paso, a los vientos para que las naves griegas puedan partir a Troya.
La solución al ataque de furor gluckiano, en la siguiente entrada.

lunes, 16 de marzo de 2009

Y mañana... más ópera en la radio

Mañana podremos escuchar, si conectamos a las 18:45 con Radio Clásica (recordad que para escucharla de forma medianamente aceptable tendréis que descargaros e instalar el plug-in de Octoshape) el tan traído y tan llevado Tannhäuser del Real; tanto hablar de orgía por aquí, orgía por allá (las bacanales es lo que tienen), y luego salen las señoras bromeando sobre si los bailarines (ellos) iban cubiertos de más (sí, en serio). En el reparto Peter Seiffert como el protagonista, con dirección, naturalmente, de Jesús Lopez Cobos. Para que abráis boca, os dejo a Seiffert en la escena final de la ópera. El vídeo es de Onegin65:

No obstante, no es lo único que se puede escuchar mañana. O tenemos semanas enteras que son páramos radiofónicos, o todo se concentra. A las 20:30, y por la RAI3, Iphigénie en Aulide, de Gluck, desde la Ópera de Roma. Riccardo Muti estará a cargo de la dirección orquestal de esta Ifigenia que, oh sorpresa, también tiene que ver con Wagner; como hiciera en la Scala en 2002, Muti elige el final (unos cinco minutos de música) que éste "arregló" para la obra de Gluck allá por 1847 (Wagner intervino bastante más, pero sólo escucharemos su reescritura del final). Básicamente, y gracias al cambio que impuso Wagner aquí no tenemos un desenlace feliz: no hay boda con Aquiles. Diana (diosa aficionada a los castigos desmedidos) aparece para salvar a la muchacha condenada al sacrificio, pero debe partir a Tauride. Krassimira Stoyanova será nuestra protagonista. La producción es esta misma, aquí con Violeta Urmana (del canal de LadyArmide):

Si Gluck y Wagner no son lo vuestro, siempre podéis intentarlo con la Séméle de Marin Marais, que emite BAYERN 4 KLASSIK a partir de las 19:00, con Le Concert Spirituel dirigido por Hervé Niquet. La grabación no es ninguna novedad, pues data de 2007. No se puede decir que se hayan dado prisa. Una muestra de lo que podréis escuchar si os decidís por Séméle, Amour, régnez en paix, en la voz de Shannon Mercer:

(vídeo de thebarroque)

domingo, 15 de marzo de 2009

La Sirenita, final chungo (es decir, Rusalka)


Rusalka
es la ópera más conocida de Dvorak. Su libreto está basado en dos clásicos cuentos de hadas, La Sirenita, de Hans-Christian Andersen, y Undine, de Friedrich de la Motte-Fouqué (que también había inspirado la ópera homónima de E.T.A Hoffmann y el ballet Undina, de Tchaikovsky). Aparte, las rusalkas son criaturas propias de la mitología eslava, como las villis (cuyo origen es más tétrico, ya que se trata de los espectros de doncellas muertas en vísperas de su boda) y otros espíritus de la Naturaleza. Antes de que la compañía Disney viniera y nos estropeara el cuento con un final feliz, todos sabíamos que la pobre sirena enamorada de un príncipe mortal acababa el cuento de mala manera, porque el príncipe prefería casarse con otra. En Rusalka además nos cargamos al protagonista masculino, que, incapaz de encontrar en Rusalka una respuesta a la pasión que él siente, atiende a los coqueteos de la Princesa Extranjera. En realidad ésta no ama al Príncipe, y si flirtea con él se debe únicamente al despecho ante la presencia de Rusalka, que se ha quedado muda a causa del hechizo de la bruja Jezibaba, que la ha hecho mortal. El Príncipe reconocerá su error más tarde, pero morirá a causa de los besos de Rusalka, eternamente condenada a vagar en las profundidades, ni viva ni muerta.
Todo esto viene a cuento de la retransmisión que ayer pudimos escuchar desde el Met (y que, como todos los domingos, podéis encontrar al final de la entrada); una función bastante redonda y disfrutable, sin nadie que chirriase. Vamos, me gustó bastante. Un poco cegada por la parcialidad sí que estoy respecto a la señora Fleming (cuyo registro en estudio de esta misma ópera es mi favorito) eso hay que tenerlo en cuenta. La grabación está dividida en dos partes (Acto I e inicio del Acto II en el primer disco, final del Acto II y Acto III en el segundo) y fragmentada en pistas, todo a 320 kps (en mp3, por supuesto). He aquí el reparto:


Rusalka
- Dvorak

Rusalka ...... Renee Fleming (soprano)
Foreign Princess ...... Christine Goerke (soprano)
Jezibaba ...... Stephanie Blythe (mezzo-soprano)
Prince ...... Aleksander Antonenko (tenor)
Water Gnome ...... Kristinn Sigmundsson
Gamekeeper ...... James Courtney (tenor)
Turnspit ...... Kate Lindsey (mezzo-soprano)
First Wood Nymph ...... Kathleen Kim (soprano)
Second Wood Nymph ...... Brenda Patterson (soprano)
Third Wood Nymph ...... Edita Kulczak (mezzo-soprano)

Orchestra and Chorus of the Metropolitan Opera
Jiri Belohlavek (conductor)

Parte 1 y Parte 2

viernes, 13 de marzo de 2009

Ópera en la radio para este fin de semana


(Renée Fleming en la archiconocida Canción a la Luna de Rusalka. Vídeo de neuronauta)
Rusalka, de Dvorak, es la apuesta del Met para este sábado. Sólo que no empezará a las 19:00, como de costumbre, sino a las 18:00, por todas estas emisoras. Protagonistas serán Renée Fleming como la ninfa de las aguas, Stephanie Blyte como Jezybaba y Aleksandr (al fin he aprendido a escribir su nombre, ¡bien!) Antonenko como el Príncipe. A esta retransmisión también se unen RADIO CLASICA DE ESPAÑA, RADIO OESTERREICH INTERNATIONAL, y RADIO TRE (RAI), así que por un lado tendremos muchas emisoras para elegir desde dónde escucharla... Lo que inevitablemente reduce la oferta de títulos del sábado. Parece que nos han preparado un monográfico sobre ópera eslava, pues DEUTSCHLANDRADIO KULTUR ofrece Ruslan y Ludmila, de Glinka, a partir de las 19:00. Algo diferente (y refrescante para los que no prefieran el monográfico) nos ofrece DWOJKE POLSKIE RADIO, con Orlando Furioso, de Vivaldi, en grabación efectuada en el Parco della musica el pasado 18 de octubre.
No ha sido esta una semana con especial presencia de retransmisiones importantes. Animáos que la que viene será mejor, incluyendo el absurdamente polémico Tannhäuser del Real. Ya sabéis. Ese que tiene una bacanal en la escena de la bacanal (lo cual es completamente justificado y además las imágenes no son para tanto, ¡y mira que no soy especial amiga de puestas en escena transgresoras!) y al que algún medio ha calificado de pornográfico (!). Personalmente me parece más absurdo y escandaloso que la mayoría de las trompas que van a sonar en la orquesta sean pregrabadas, pero cada cual se preocupa de una cosa... También tendremos una Damnation de Faust y una Ifigenia in Aulide por la RAI, por poner un par de ejemplos. Así que estad atentos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Comparaciones: Don Carlo. Ella giammai m'amò

Verdi estrenó Don Carlos (esto es, la original, en francés, con sus cinco actos y su ballet) un 11 de marzo de 1867. Con lo fácil que era crear un malvado unidimensional, Verdi reflejó en su obra a un hombre atormentado, desamparado, sin el amor de su esposa ni el de su hijo, sometido a la Inquisición. En esto sí hay un poco de la dichosa Leyenda Negra que tan bien queda en Hollywood (si por estos lares tuviéramos una industria cinematográfica como esa y se utilizara debidamente...). Para incluir un poco de cotilleo de tipo histórico, hay que decir que prácticamente desde la muerte del Infante Don Carlos (un joven que nada tenía del heroico y gallardo personaje verdiano, pues era tartamudo, contrahecho y además solía tener rabietas que lo impulsaban a arrojarse al suelo mientras se arañaba el rostro) se especuló que el rey había hecho que lo asesinaran, y de propina también se le adjudicó la muerte de su joven esposa, Isabel de Valois (acaecida poco más tarde), supuestamente para vengar los amores que habían unido a la Reina con el Infante, ya que eran de la misma edad, habían entablado una relación amistosa y en un primer momento se había pensado en un matrimonio entre ambos. La muerte del Infante es aún hoy objeto de discusión; lo de los amores entre los dos jóvenes, ha quedado descartado.
Lejos de presentarnos a un ogro (claro que eso depende del cantante que se haga cargo del papel), Verdi crea un personaje rico, al contrario que el héroe de la función, sin duda uno de los menos matizados de todos los que pueblan esta Corte llena de intrigas) hace que en esta escena (al comienzo del Acto IV si tenemos Fontainebleau, al comienzo del III si nos lo escamotean) el corazón del rey se abra y nos confiese toda su desesperación (después de la maravillosa introducción orquestal) mientras contempla el alba en su solitario despacho. Aquí tenéis a cuatro caballeros que de momento permanecerán anónimos, pero que seguramente reconoceréis. La respuesta, en un mes aproximadamente, como de costumbre.




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